Capítulo 1 -|- Un mundo de dos

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Ángel

Tal vez tenía la muy mala fama de conocerme como un actor porno de una noche con al menos diez tipos a mi alrededor, solo fui un saco de dinero para aquel que tenía mi alma atada...

- Te ves como si un camión hubiera pasado por encima tuyo. - Husk estaba allí, como todas las noches donde yo necesitaba un trago de lo que sea. - ¿Un trago? - Me senté y solo me quedé viéndolo, sus ojos también se fijaron en los míos, y esperó para servir las bebidas, el pequeño vaso de tragos estaba listo para servirse pero el alcohol nunca lo llenó. Podía notar como la pequeña sonrisa que hizo al hacer la pregunta se desvanecía y eso me hizo volver a la normalidad.

- Solo... Ya sabes, una noche dura de trabajo... Estoy algo cansado de eso. - Él dejó las bebidas donde estaban y comencé a jugar con el vaso vacío, de pronto noté como Husk se sentó a mi lado, colocó una mano en el mostrador y recostó su mejilla en la mano. Sus ojos encontraron los míos, aparté avergonzado la mirada. - Solo...

- Angel... De no ser porque estamos juntos hace años diría que estás bien, pero no puedes mentirme, no a mí. - Sus cejas se encorbaron, estaba enojado. - ¿Qué sucedió?

Hice una pequeña pausa, verdaderamente no sabía qué hacer, pues sus ojos estaban clavados en los míos y me puse nervioso, a tal punto que nisiquiera me atrevía a mirarlo.
Se miraba intimidante, enojado y muy ofendido acerca de mi trabajo nocturno.

- No es nada, créeme Husky... Todo está bien... - Me interrumpió, se levantó y me dio la vuelta, acorralandome. - Ah... - Su mirada se clavaba en mí, en mi rostro, mi mirada, mi alma la cual tenía un dueño, a veces pensaba ¿Qué hubiera pasado si Husk fuera dueño de mi alma? Tal vez me volvería de Alastor al perder esa apuesta... - Val fue rudo y... - Sus garras tomaron mi mejilla con cuidado, me volteó el rostro así ver cada parte de él, atentamente, como si buscara algún tipo de rasguño, golpe o algo que podría causar la futura segunda muerte de Valentino.

- Juro por Dios, piernitas, que si ese maldito imbécil vuelve a ponerte una mano encima voy a... - Puse unos dedos encima de sus labios, así silenciar un poco sus palabras. - Jmm... - Hizo ese típico gruñido de cuando estaba inconforme o enojado con algo... Yo sabía perfectamente la jugada de todos aquí y no me gustaba.

- ¡Angel , Husk! Los esperamos en la Sala, Nifty dijo que quería ayudarnos con la limpieza del hotel y creo que ese será un genial ejercicio de convivencia para todos. - Voltee a Charlie, Husk igual, esa tensión se había acabado pero permaneció el enojo en su rostro. - ¿Interrumpo algo, chicos?

- No, claro que no... - Él me miro, amenazandome pero después se alejó con su rostro enojado. - Debemos ir Husky... - Asintió y se dio la vuelta, pero sus pies se quedaron quietos, me esperaba pacientemente.

- ¿Vienes , piernitas? - Se volteó y me levanté de inmediato, siguiéndolo y yendo hacia los demás así comenzar con una limpieza.

Duramos horas haciendo todo, la cintura me dolía de estar tan encorvado, lo único que pude llegar a hacer era echarme en la cama de mi cuarto, de pronto escuché algunos toques. No podía levantarme pero lo hice como pude, quejandome.

- Charlie... Ya te he dicho mil veces que no molestes luego de un día... - Me tallaba los ojos, se sentían pesados y me dolían muchisimo cuando noté la figura y colores distintos de la chica que creí que estaría me sobre salté. - ¿Husk? ¿Qué necesitas? - Él solo soltó un suspiro.

- Ángel... Escúchame, te conozco, sé que toda la maldita noche estuviste raro... Y no soporto verte así, siento como si me enfermara... Ángel, querido, entiende que no puedes seguir... Haz algo, por favor. - Sus manos tomaron mi rostro nuevamente, cada vez que sentía su mirada de preocupación me quemaba el alma, alma que tenía un dueño que solo me usó para el dinero.

- No soporto tampoco estar así Husky... - Quise llorar, pero lo soporté, el nudo en mi garganta se hizo presente, los pequeños sollozos y sus brazos rodearon mi delgado cuerpo, entrando en mi cuarto, cerrando la puerta detrás suyo.

Cada noche era similar, me derrumbaba siempre que él entraba en mi cuarto y sabía que no soportaría otro segundo más su mirada de preocupación, todo de él me confortaba de una manera que no tenía idea, quería decírselo pero sólo podía decir...

- Gracias, Husk, gracias... - Me aferré a él, queriendolo tener más cerca, conmigo siempre, lo quería, era más que eso.... Lo necesitaba.

- Niño, sabes que siempre que lo necesites estaré aquí para ti, seré un pañuelo o un trago, a veces un abrazo... - Sonrió al verme llorar, solo secó mis lágrimas con los dedos, me dejé llevar y volví a abrazarlo, con muchísima más fuerza que antes, mi corazón se quebraba con cada caricia, cada abrazo era una maldita tortura para mi ser.

Toda la droga, todo el alcohol que solía consumir se disolvió el día que comencé a acercarme a Husk, sabía que el hotel y Charlie ayudaba mucho en mi intento de redención pero si tu alma no es tuya no puede ir al cielo sin ti.

- Husky... - Volví a verlo, nuestros ojos se volvieron una mirada intensa y amorosa, su sonrisa se había disuelto y se comenzó a preocupar más, me soltó pero yo quería que me sostenga, era como un soporte más. - Ayúdame...

- ¿Qué necesitas, piernitas? - Asintió, asegurando que cualquier cosa que le pida no sería cuestionable en absoluto, él siempre aceptaba mis pedidos raros pero dudé que acepte este...

- ... Quiero que... Apuestes por mi alma con Valentino. - Esas palabras, esa petición eran riesgosas y lo tenía en cuenta pero si le pedía ayuda a todos en el hotel podrían hacerlo, no sabía con exactitud si Alastor estaría dispuesto pero no perdía nada al intentar recuperar mi alma, ni Husk tampoco. Él solo se sorprendió por esa petición pero su sonrisa habló por él mismo.

- Perfecto, siempre gano, más si es por algo que me gusta. - Sonrió con picardía.

Mi sonrojo se hizo notable ante esa indirecta tan directa, pero no la había captado tanto, así que solo hice caso omiso, tal vez solo jugaba conmigo para avergonzarme, como yo solía hacer con él.

- Necesito ayuda de Charlie, entonces.

- Vamos niño, podemos hacerlo.

I always win. •Huskerdust|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora