Capítulo 19 •|• Todo se resolverá... o no.

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Angel

Sabía que si quería volver con Husk tenía que hacerlo, decirle la verdad y atreverme a soportar sus insultos... Que dudo llegarían, siempre se trató de portar lindo conmigo, su forma de enojo era tierna incluso.

— Husky... ¿Podemos charlar? — Yo estaba en pijamas, tenía a Nuggets en las manos esperando a que mi gatito abra la puerta, al final lo hizo, viéndome con algo de molestia, había olvidado esa mirada de él. — Es acerca... De todo.

Se quedó viéndome por un rato, con las manos en la cintura moviendo sus ojos de abajo hacia arriba "comiéndome" con la mirada, eso es lo único en lo cual pude pensar pues eso parecía. En eso, me puse demasiado nervioso, creyendo muchas cosas.

— Claro. Pasa. — Se hizo a un lado, de inmediato o antes de ver que se arrepienta pase con rapidez, quise sentarme en su cama pero la vergüenza se apoderó de mi ser, detrás mío había cerrado la puerta de su cuarto, acercándose de manera muy peligrosa hacia mi. — ¿De qué quieres hablar? Mentiroso. — Su sonrisa de lado hizo que mi corazón se volviera loco, estaba latiendo como si buscara salirse o tener un respiro de todo lo que sentía, hace semanas estábamos separados y el casi nulo contacto que teníamos jamás me fue suficiente para acostumbrarme o dejar de sentir cosas hacia Husk.

— ¿¡Mentiroso!? — Salté queriendo reclamarle por sus palabras, pero en el fondo tenía razón, apreté los puños enfadado por sus palabras y actitud. — Podré ser de todo menos un...

En eso, se acercó mucho más a mí, su respiración y la mía se juntaron creándome un latido sin cesar, estaba demasiado nervioso, mis mejillas ardieron de inmediato mientras mis rodillas no soportaban la situación tan tensa, en eso pude notar el gesto de acomodarse el cabello, también vi como se quitaba el saco de vestir.

— No lo intentes, Vaggie me contó todo. — Se cruzó de brazos, recorrió mi cintura con cuidado, dándome escalofríos por donde tocaba, en eso su mano se puso a un lado de mi cuerpo llegando a acorralarme. — Sigues siendo mío. — En ese momento mi corazón se detuvo, mis ojos se abrieron y toda la calentura se subió por mi cuerpo.

— ¡Qué carajos Husk! — Mi cabeza se chocó contra la pared, confundido y muy rojo por sus palabras, en serio este hombre me enloquecía de una manera inexplicable. — O sea que... Sabes que Valentino no tomó mi alma y me la robó...

— ¿Violándote y drogándote como el imbécil y loco que es? Si, Anthony. — Soltó algo molesto, con el entre cejo arrugado. Se masajeó la cien mientras se volvía hacia atrás y daba una vuelta, sus manos viajaron a su cintura.  — Aunque sabiendo la espantosa forma de mentir que tienes... No me costó en absoluto creer las palabras de Vaggie. — Sus ojos bajaron y subieron por todo mi cuerpo, dejó su posición de brazos cruzados. — Pero me hubiese gustado que me lo digas... ¿Por qué no lo hiciste?

En ese instante algo pasó, el miedo recorrió mi cuerpo inmediatamente con esa simple pregunta, podría responderle con un simple "es que estoy amenazado" "te matarán si no lo decía así" pero de verdad quiero protegerlo... Y me costará mi cabeza.

— Husk... No quiero hablar de eso. — Abracé mi torso, queriendo acostarme pero el se abalanzó encima, abrazándome en lugar de mis brazos, se sentía el calor de su cuerpo y los latidos de su corazón a la perfección, resonaba junto con el mío como si fuesen uno. — Uh... Gracias... — Susurré, aferrándome contra Husk, fuerte, no quería que me suelte y dudo que lo haga. — Realmente... No puedes saber nada de lo que pasó en verdad.

— ¿Razones? — El de verdad esperaba una respuesta ante todas esas preguntas, quería dárselas, necesitaba hacerlo pero no pude. La cobardía ganó y sus ojos también. Así que los evité a toda costa, sabía que caería.

— Realmente se la entregué y... — Solté un suspiro y quise distraerlo con algo, cualquier cosa. — Da igual... Husk, no te gusto ¿Por qué debería de importarte a quien le doy mi alma? — Mire furioso al mayor, quien poseía una mirada relajante, brazos cruzados y su ceja se arqueaba muy lentamente al igual que sus pasos hacia mí.

— "¿No me gustas?" — Hizo comillas al aire y asintió, guardando las manos en sus bolsillos traseros. — ¿Debo robarme tu alma para poder demostrar que me gustas? — Se volvió hacia mí, con mucha más furia en la mirada.

— No... Pero, un beso estaría bien de vez en cuando... — Se acercó, al ser más bajo que yo me daba ideas pero sacó sus alas y empezó a aletear así llegar a mi rostro, rozándolo, nos habíamos besado antes pero... Siempre me pone nervioso el como lo hace. — Ah... Husk...

— Calla. Esto querías ¿No? — Y sin más rodeos me besó, con mucho amor y ternura como lo hacía, pero había algo de enojo, pasión y desespero también, lo tomé por la camisa, se dejó caer, yo caí encima suyo, pero de inmediato me volteó, dejándome abajo. — Anthony... — El separarse me generó mucha desesperación, quería seguir.

— No, calla y bésame de nuevo. — Volví a traerlo hacia mis labios, fundiéndonos en otro beso salvaje en el cual creo acabaría en pasión pero, no sería así, se detuvo, tal vez tenía algo de miedo, pero me cargó, mis mejillas se pusieron rojas al verlo de tal modo, se veía tan bien con esa camisa desabotonada... — ¿Q-qué harás? — No pude evitar tartamudear de tantos nervios, sabía actuar bien pero fingir frente a Husk era como mentirle sobre mis sentimientos y es lo único que no podía hacer, sentía genuinamente cada escalofrío al sentir su tacto contra mi piel.

— Nada, acostarte, es bastante tarde... — Fue lo último que pude escuchar antes de su beso, tan tierno, un "buenas noches" se escapó de sus labios, era muy gentil conmigo aunque yo haya sido un idiota hasta el momento... Pero como amaba a este pecador que tenía enfrente. — Debes... Tener cuidado con esa erección, cualquier súcubo podría venir por ti. — Una sonrisa se asomó por su boca, cubrí mi cuerpo entero con las sábanas.

— ¡Vete, ahora! — Lance un peluche pero fue imposible, ya había cerrado la puerta de mi cuarto, dejándome ahí, tan enamorado como caliente... Y mañana sería un nuevo día. Había cerrado los ojos, descansé algo pero bajé las escaleras y estaban la mayoría de los pecadores sentados viendo el televisor con cafés y mantas alrededor de ellos.

En la televisión, Valentino, un pecador, sangre...

— ¿¡QUÉ!?

I always win. •Huskerdust|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora