Capítulo 3 -|- Pruébalo.

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Husk

Estaba bastante cansado de toda la situación, a pesar de aquellas noches de desvelo y poco alcohol, llanto y lamentos tenía la preferencia de estar a su lado cuando más me necesitaba, yo lo apreciaba, demasiado, estaba orgulloso del progreso de Angel, su consumo de drogas y alcohol disminuyó un cien por ciento, no tenía nada más que agregar que era de admirar.

— Angelito. — Esta vez había dejado el bar y lo cambiamos por un lugar donde beban algunos energizantes y cafés, según Charlie era para incitar acabar con el consumo de alcohol... Bah, no importa, tampoco podía negarme pues Alastor me amenazaba en todo momento pero cuando ella lo dijo no me quejé ni protesté. — ¿Café? — Le regalé una sonrisa, en serio, siempre trataba de hacerlo sentir mejor en todo sentido, al menos en gran parte funcionaba.

— Por favor... — Su sonrisa se asomó e iluminó, en eso, serví su café hasta el tope, sorbió un poco y abrió los ojos, clavandolos en mi, rápidamente aparté la mirada y me sonrojé, odiaba que me atrape viéndolo desprevenido pero no podía evitarlo, él era estúpidamente hermoso de todas formas. — ¿Qué pasa Husky, te comió la lengua el gato? — Dejó la taza con café delante suyo y sus manos se juntaron así sostener mi cabeza, sonriendo con picardía y viéndome atentamente. — No me digas que te arrepientes del Acuerdo.

— ¡No! No, descuida, no es eso, solo... Ugh... Tienes que... Ir a ver a Valentino en unas cuantas horas ¿No? — El dolor de tener que saber todo lo que sufre él cada noche me mataba, sinceramente no sabía la habilidad de Angel la de tener que soportar todo ese maltrato, sabía que Angel Dust lo disfrutaba pero ¿Anthony lo permitía? Me dejé llevar por los pensamientos mientras lo miraba, no pude escuchar unas palabras pero la que más recalcó fue...

— Valentino quiere que grabe cinco horas... — Quedé perplejo, todas las noches era poco tiempo, no tanto, ¿Y por qué todas las noches lo hacía? Pues el acuerdo que hicieron era así... De día estaba en el hotel y de noche debía... No, tenía que estar allí. Y tener que soportar sus llantos nocturnos, quejas y lamentos era un corazón roto asegurado. — Y, estaré mucho tiempo allá...

— Escucha Angel, yo sé que es su acuerdo pero ayer estuviste unas ocho horas y llegaste muy tarde aquí, sinceramente no creo que sea justo... Solo... — Me interrumpió con una risa escandalosa y verdaderamente preciosa.

— Husky... Tranquilo. — Me miro con unos ojos preciosos que me dejaron tranquilo pero solo por un rato. — Está... Celoso, ya sabes. — Volvió a reír con ternura pero no lo entendí, mientras esperaba una explicación comencé a secar las tazas de café empapadas que acababa de limpiar.

Cada acción, cada palabra era distinta a su personaje, sabía la diferencia entre el Angel y mi Anthony, y eso me enloquecia.

— ¿A qué te refieres? — Alcé una ceja, esperando su respuesta, bebió todo lo que restaba del café y me dio aquella taza con una sonrisa. — ¿Angel...?

— Está celoso de ti, Husk. — Se levantó de la silla y antes de que pudiese decir una sola palabra alguna volvió a callarme con sus dedos. — No preguntes, no querrás saber por qué.

Claro que quería saber la razón del odio de Valentino hacia mi ser, en mi puta vida dentro de este infierno había tenido una simple interacción con él, siquiera una simple palabra, lo vi muchas veces, no lo negaría pero de todos modos era algo raro y sospechoso que esté "celoso" de mí.

Espera...

— ¡Anthony! — Alcé la voz pero al parecer no alcanzó a oírme, así que solo me quedé allí pues unos pecadores llegaron, les serví los cafés y luego dejé todo como estaba, eran las siete de la tarde y la mayoría irían a hacer algunos trabajos nocturnos u otros estarían con Charlie haciendo brazaletes de la amistad, ninguno me importaba tanto como él.

I always win. •Huskerdust|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora