Capítulo 6 (parte 1) -|- Gilbert.

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Husk

Mi jornada diaria en el café estaba por terminar, habían dos demonios en el café, pero estaban sentados lejos, las cuatro sillas de lo que era el bar quedaron libres y cuando sentí a alguien sentarse crei que sería Angel, pues eran las 23:12 y faltaba menos de una hora para irnos a la gran noche de la apuesta así que en serio aposté todas mis cartas hacia Angel pero fue un cabello rubio y unos ojos rojos con negro, una sonrisa tímida y él.

— Buenas noches Husk podría pedir un café cargado sin azúcar... ¿Por favor? — Sus codos se apoyaron por la mesa y jugó con sus manos, se ve que no estaba bien, así que, como todo hombre le pregunté si todo se encontraba bien.

— Claro niño ¿Está todo bien por esa cabeza con cuernos? — Se rio ante ese comentario y asintió, al darle su café bebió un poco y me miro. — Suelta lo que quieras decir, anda, nadie te juzgará, somos demonios. — Le regalé una sonrisa así tranquilizarlo.

— Es que... Mi novia me dejó al admitirle que soy Trans, al parecer es transfóbica... Y no tomó bien esa idea, casi me ahorca... Jaja... — Su risa era triste, me sentí mal por aquella situación pero luego fruncí el ceño.

— ¿Cómo te sientes al respecto? — Sus ojos se abrieron al escucharme preguntar eso, era nuestra primera interacción, yo solía hablar con su padre pero no con él, esta es nuestro primer cara a cara y era cómodo, me sentía liberado con este niño. — Cuéntame Gil... — Estaba secando unas tazas, era un hábito que conservé del antiguo bar que teníamos.

— Me siento... Mal, odiado... Como si nadie fuese capaz de amarme solo por... No ser un hombre CIS género... — En ese momento se abrazó a sí mismo, sus ojos se veían cristalinos y la voz se comenzaba a quebrar en el momento que mencionó sus últimas palabras... Me sentí terrible al haber sentido celos de un adolescente. — Pero... De todos modos creo que no sabías eso... Seguro me ves como un monstruo... — Dejé con fuerza la taza que estaba secando y lo señalé.

— Escucha pequeño, eres un chico increíble que está sonriendo, todos aquí merecemos pudrirnos en este infierno pero es puto injusto tener que vivir en el cuerpo de alguien con el cual no te identificas... — Estaba furioso, la ironía de vivir en miseria y más encima venir a para en este infierno era horrible. — Esa chica no sabe nada... — Lo miré, con los ojos penetrantes. — Escucha Gilbert. — Lo señalé nuevamente, en sus ojos se veían la confusión por el hecho que estaba gritándole, pero aun así noté una pequeña sonrisa luego de ese momento unos tacones llegaron al lugar con una sonrisa.

— ¿De qué estaban hablando ustedes? — Angel alzó una ceja pero ignoré su pregunta en serio quería ayudar a ese chico, cuando se acercó al otro lado de la barra, me quité el mandil y lo dejé a un lado, salí y yo traía una camisa blanca, moño y por amor al cielo estaba bien peinado, Angel me había obligado, ah, y sin olvidar mis pantalones. — Husky. — Me ayudó a ponerme el saco, y mientras lo hacía le hablaba a Gilbert.

— Niño, deberías conseguir una chica que realmente te valore, ame y sepa quién eres y eso no le asuste, sino que se enorgullezca de quién eres, descuida, habrán muchas chicas que estén dispuestas a amarte incondicionalmente... He notado que Jessie no te quita el ojo ni siquiera para comer... Así que yo diría que en serio le gustas, inténtalo, anda, no pierdes nada, una loca casi te mata doblemente por ser tú mismo. — Al terminar de colocarme y acomodar el saco, lo abotonó. — Y si necesitas un cafetero con delirios de apostador entonces puedes venir todas las mañanas conmigo ¿Sí? —Le di una palmeada en el hombro, también quise regalarle una sonrisa reconfortante. — Entonces por eso tu papá no te acepta y busca la redención... — Él asintió.

— Sí... Es por eso, gracias Husk, en serio, incluso crei que me odiabas. La forma en la que miras a las personas aquí es bastante curioso, yo pensaba que odiabas a todos y solo querías a Angel. — Me sobre salté y recién entré en razón, ambos estaban riendo cuando vi a Angel tomando mi camisa con dos manos y las otras lo sacudían. — Mierda... — No pude evitar sonrojarme.

— Creo que descubrió nuestro pequeño secreto Husky... ¿Le decimos que en secreto nos amamos? — Se acercó un poco más a mi rostro el cual estaba como un completo tomate. — O que...

— ¡Angel! — Gilbert y yo gritamos al mismo tiempo, solo que él estaba riendo.

— Asqueroso, vayan a otro lugar con sus jueguitos sexuales ughh... — Hizo una seña de cubrir sus ojos con las manos pero después solo nos miro con ternura. — Disfruten su noche de póker lindos, ojalá ganes Huskerrr... — Alargó la "R" y le sonreí.

— Y tu, cuídate pequeño. — Acaricié su cabello para después desordenarlo. — Hola Charlie... — Saludé a la dueña del hotel, ella igual.

— Suerte hoy chicos, espero en serio ganen esa gran apuesta, no saben lo cuanto espero eso... — Nos sonrió y dio ánimos. — Vayan, papá los espera. — La despedida fue breve y rápida, ambos saludamos solo con una mano.

Al llegar al estacionamiento estaba Lucifer recostado en mi auto, esperando al parecer y sonrió cuando nos vio.

— Vamos chicos, quedan unos veinte minutos antes de que Alastor nos maldiga para siempre. — Abrió las puertas del auto, finalmente subimos y comencé a conducir.

— Tengo un plan para... — Lucifer me interrumpió.

— Sin trampas Husk, cree en ti mismo y en nosotros, tendrás suerte. — Asintió varias veces pero no me convencí mucho de ello, en serio no sabía qué iba a pasar esa noche y había llevado mis anillos así ver las cartas pero Angel sabía todo pues yo se lo había enseñado.

— Angel... Lindo, quiero que tu hagas la baraja y repartida de cartas, por favor. — Apreté el volante algo enojado, ambos no querían que haga trampa y en lo único bueno que era es haciendo una jugada sucia. — Perfecto, entonces, que la noche comience.

Y luego de unos minutos habíamos llegado allí.

I always win. •Huskerdust|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora