El pasado en botellas

13 3 0
                                    

—Estás bromeando... No es cierto esto... — tiró los papeles contra la mesa. Jean lo veía caminar enojado, nervioso, con ganas de asesinar al primero que resultase culpable.

—Estamos trabajando con la policía cibernética, la agencia de inteligencia y las autoridades de Liyue. Calma. — Pero aquello era imposible. Una semana de paz fue lo que le duró el gusto. Una serie de sobres manila llegaron a su residencia. La primera con fotos: fotos de él y Xiao en el viñedo, en Liyue y en el aeropuerto. Lo habían ubicado, no solo por salir con el hijo de Zhongli, como citaba la carta de advertencia, sino como su vida pasada, la que no recordaba, la que había tratado de mil maneras de ahogar en su subconsciente en el alcohol, y bueno, el segundo sobre estaba repleto de cosas de su "anterior versión". De nuevo habían dejado atrás su casa para refugiarse en el viñedo.

—Sigo contactando con el exterior. La seguridad privada de Morax está al tanto, pero siguen actuando con normalidad y creo que deberíamos hacer lo mismo. — Mencionó Diluc sin despegar la vista de su ordenador.

—Claro, la guerra va cediendo en Sumeru, necesitan sacar recursos, pero ¿por qué te ubican? En tanto tiempo, ¿por qué justo ahora que incluso estás fuera de escena? — Jean bebía un té mientras lo veía fijamente.

—Mi estúpido cabello — respondió Venti mirando la imagen de su vida pasada. Era horrible, no recordaba mucho, sabía que era probable que lo tuvieran dopado, y verse ahí, tirado en una cama de alquiler, donde extraños abusaron de él, solo le daba ganas de vomitar. De lo que había huido en muchos años, había logrado volver a él. Para su fortuna, se había podido volver a cortar el cabello y, como medida preventiva, se lo había teñido de rubio.

—Un millón de mora en 4 días — volvió a susurrar Venti mirando con horror sus fotos de la adolescencia. Jean lo abrazó, Venti estaba muy inquieto y temía que entrara en crisis una vez más.

—No lo pienses, lo vamos a solucionar, todo estará bien — intentaba consolarlo, pero incluso ella temía.

—El dinero no es problema, pero temo que lo estén usando para chantajear a otras personas implicadas, sobre todo a los hombres de las imágenes y sus familias. — Diluc seguía hablando con personas a través de su ordenador.

—Necesito salir de aquí — Jean lo soltó; todos tenían cara de haber dormido poco. Jean estaba muy sensible, incluso más que de costumbre. Venti salió del estudio de Diluc en el viñedo, sabía que iba a romper su veto, pero lo necesitaba. Camino hacia las cavas; aunque su primera intención era robar unas cuantas piezas de uvas de los refrigeradores especiales, tomó una botella de la cosecha del mes pasado y fue a las bodegas más lejanas. Solía ir ahí a beber, pero la última vez que estuvo ahí fue con Xiao cuando se quedó con él al principio de su relación y bueno, era un lugar agridulce para estar, pero al menos sabía que no lo iban a molestar. Se sentó en unas viejas cajas de madera donde transportaban botellas del almacén a los distribuidores y abrió la botella. Hacía mucho que no bebía, bueno, desde el incidente de Liyue, teniendo en cuenta que desde que inició con Xiao había dejado ese vicio.

La realidad era que una de las razones por las que bebía tanto era porque odiaba las multitudes. Si no tomaba antes de salir al escenario, se sentía acechado por los fans. La primera vez que le sucedió fue en su primer concierto en el teatro principal de Inazuma. Por alguna razón, se sobrevendieron los boletos.

Era la primera presentación masiva que tendría. Había tenido una agenda apretada de giras por medios, donde cantaba en vivo de una a tres canciones, y bueno, el público era un poco más controlado dentro de los foros. En esa ocasión aún no tenía un show muy vistoso, simplemente era él y el piano o una guitarra acústica. Aún no usaba sus características trenzas, ni mucho menos se teñía el cabello de color verde. En aquel entonces, llevaba unos mechones rubios y ropa holgada de color negro.

Baladas en veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora