13. Convencete

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La pelinegra llegó a casa cabizbaja, con ojos tristes y aura apagada.

- Minki-ah, ¿cómo te fue? Ya es algo tarde, debieron pasarla bien un buen rato. - Chaewon insinuó, mientras sorbia la leche de su cereal.

- No llegó.

La rubia miró extrañada a su contraria, formando una mueca de confusión.

- ¿A qué te refieres con eso?, ¿no la citaste?

- Si.

- No estoy entendiendo nada. ¿Ella simplemente no fue...? - Se levantó de su lugar, en busca de cercanía.

- Creo que salió con Huening, subió una historia sobre eso.

- Joder...

La más bajita se estrechó contra Minji, abrazándola por debajo, dando pequeñas caricias en su espalda como consuelo.

Minji no tardó en romper en silenciosas lágrimas, estaba verdaderamente perpleja por la situación. Escondió su rostro entre uno de los hombros de su mayor, pasando con facilidad sus brazos por la espalda alta de esta.

¿A Hanni no le importaba?, ¿Estaba siendo exagerada?

Sabía que los mentirosos existen, pero, ¿de verdad había mentirosos tan honestos?

- No la entiendo, Wonnie. - Sollozó. - De verdad, no la entiendo.

Esa noche transcurrió con una energía ligera, entre consuelos y palabras de aliento. Minji cayó dormida inmediatamente después de que Chaewon le preparase algo para cenar, sus ojos tenían cierta hinchazón por todas las lágrimas derramadas.

Pero estaba descansando, al fin y al cabo, su corazón merecía un respiro.

[...]

Hanni yacía en cama, tallando con algo de fuerza sus ojos con ambos puños cerrados, recién despertaba. Con algo de dificultad, abrió sus ojos y se giró sobre su torso para tomar su celular.

Instintivamente, contestó uno que otro mensaje pendiente, para luego abrir instagram.

Hanni pov

¿Qué...?

Ni siquiera recuerdo con exactitud el momento en el que subí esa historia.

Y mi preocupación no era la historia ni mucho menos, me encantaba la foto y lo que había pasado ayer.

Mi problema era que Minji la había visto.

¡No me creería ni una excusa!

- Mierda, mierda y más mierda. ¡Me lleva la puta madre! - Exclamé con desesperación.

[...]

- ¿Que hiciste qué? - La de labios regordetes habló atónita.

- LA CAGUÉ, HYEIN, YA LO SÉ.

- Hanni, a este punto ya no sé que hacer contigo. - Rascó su nuca. - Creo que te internare en un reclusorio de sexo, o algo así.

- El reclusorio de sexo no es necesario, solo no quiero que Minji se distancie. - Murmuró entre labios.

- Uuh... Creo que debiste pensar en eso antes de hacer la gran mamada que hiciste. - Recalcó. - Pero si de verdad quieres a Minji, deberás hablar con ella.

¡Maldita sea!, la gente no entendía un carajo.

El que Minji se alejara de ella, significaba una apuñalada directo al culo de su ego y orgullo.

𝙂𝙀𝙏 𝙐𝙋 : ̗̀➛ ᴮᵇᵃⁿᵍˢᵃᶻ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora