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Y es de aquellos momentos
en que la vida me enseña que
haría cualquier cosa
por verte feliz.

Enero, 2001

Retornar tras las vacaciones festivas siempre ha sido algo que ha Hoseok no le gusta. Más bien, tras cualquier plazo extenso que implique volver a cambiar su vida, sobre todo cuando significa un gran impedimento para su vida cotidiana favorita, en la cual armar un rompecabezas a diario es una de sus actividades principales. Cada mañana de lunes, pese a su resignación posterior, es una nueva lucha contra las reglas impuestas por su madre. Por ende, ella se sorprende hoy, pues esta mañana Hoseok se levanta antes que ella y está listo para marcharse, sentado en el sofá.

—No he puesto nada en mi mochila —asegura.

Con los ojos entrecerrados, su madre lo observa y se la pide. A regañadientes él se la entrega y arruga el entrecejo. La desconfianza que siente su madre no es digna para Jung Hoseok.

—Bien. Come tu desayuno. Tu padre pasará por ti hoy.

—¿Tienes que descansar? —Su madre asiente—. Está bien.

Mueve sus pies, mientras acaba de comer, tarareando Love Don't Cost a Thing, canción que no deja de sonar en la radio desde diciembre.

—¿Por qué estás tan contento? —cuestiona su madre.

—Por nada. Sólo espero a papi.

Se siente feliz, no podría negarlo, pero sólo es eso: está feliz esta mañana. ¿Habrá algún problema con ello?

—¿Hiciste algo que me estés ocultado?

—No —asegura.

—Bueno...-

El sonido de la puerta detiene las palabras de su madre, cuya expresión siempre cambia cuando su padre atraviesa la puerta, pero no menciona otra palabra que no sea «cuídate y obedece» y «te amo» mientras acaricia su mejilla, antes de llevarlo al vehículo.

—No cantes esa canción —alega su padre, mientras coloca su cinturón de seguridad—. Me tiene enfermo.

Hoseok jadea.

—¿Estás enfermo, papi?

—Es un decir.

—No entiendo.

Su padre suspira.

—Quiero decir que... —chasquea—. Olvídalo.

—P-Pero...-

—Olvídalo —sentencia.

Abulta los labios y desvía la mirada, nota que su padre lo mira por el espejo retrovisor, pero lo ignora como él lo ignora. Cuando llegan a la escuela ya se ha olvidado de su enfado.

—Es una canción para niñas —dice su padre de la nada y se gana su desconcierto esta vez—. ¿Sí me entiendes?

—No.

—La canción que te pedí que no cantes. No debes, porque son cosas de niñas.

Asiente.

—¿Tú eres una niña?

Niega.

—Entonces, no la cantes, ¿bueno? Te enseñaré música para hombres.

Un beso en su frente y sus pies se desvían hacia el salón. Jimin no asiste a clases hoy, y es la mejor ocasión para pedirle a Min Yoongi que se siente a su lado hoy. Ambos sonríen al encontrarse y tararean juntos la misma canción hasta que la maestra aparece. Las clases son lentas, aprender algo nuevo es difícil, Hoseok levanta la mano más de diez veces durante la explicación. No es tan malo cuando entiende el proceso.

—Min Yoongi, no estamos en clase de artes.

El cuaderno de dibujo de Yoongi se cierra de golpe encima de sus pequeñas manos. Hoseok tarda unos segundos en captar que la mano de la maestra se encuentra sobre este. Arruga considerablemente el entrecejo por ello.

—¿Algo que comentar, joven Jung?

Tal vez, ha sido demasiado expresivo, pero le parece injusto.

—Señora Kang, usted no puede hacer eso, lo ha lastimado.

Según los oídos de Hoseok, son palabras firmes y decididas. Entonces, va a detención y su madre lo felicita por defender la dignidad de su amigo. Sin embargo...

—N-No —balbucea y agacha la cabeza, con la mirada puesta en su cuaderno de matemáticas.

Min Yoongi odia las matemáticas, aunque sus números se trazan prolijos y bonitos. Le gustaría poder trazarlos así.

—Perdón —susurra Hoseok. Su vientre se presiona al haber sido incapaz de defenderlo—. Dile a tu mami que te han lastimado en la escuela. ¿Te duelen tus manos?

—No pasa nada, Ángel —susurra Yoongi de vuelta, sobando sus propias manos—. Estoy bien. —Una pequeña sonrisa. Silencio—. ¿Me enseñarías cómo se hace esto?

Señala su cuaderno. Lo más sencillo. Hoseok asiente. Resuelven juntos cada uno de los ejercicios, aunque tiene claro que Yoongi sólo espera a que le dé los resultados para entregarlo a la Señora Kang y salir a recreo.

 Resuelven juntos cada uno de los ejercicios, aunque tiene claro que Yoongi sólo espera a que le dé los resultados para entregarlo a la Señora Kang y salir a recreo

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Desde 1993 🎨 yoonseok.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora