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Marzo, 2003

—Perdóname, Ángel.

Los niños juguetean alrededor, el clima es agradable, pero el ambiente no es de lo mejor. Puede notar como Yoongi contiene las lágrimas y se encoge en su lugar algo tembloroso, sin dirigirle una mínima mirada. Llevan semanas y semanas y semanas sin hablar (sólo un par, pero para Hoseok se siente eterno). Apenas puede pedirle algo en clases, pues Yoongi es demasiado amable para negarle un borrador o un lápiz que él inventa olvidar en casa, sólo para generar algún tipo de contacto entre ambos. Hoseok suspira, resignado a no ver su sonrisa.

—No pidas perdón.

—Arruiné tu cumpleaños.

Yoongi mira sus manos y juguetea con sus dedos, nota como tiembla, aunque es diferente al temblor de aquel día. Se limita a tocarle las manos para que evite hacerse daño.

—No —asegura—. Digo, sí, pero no importa. —Ambos suspiran—. Me importa más tu enfermedad.

—No —murmura, cortando sus palabras—. Ángel, mejor no hablemos sobre eso.

—Pero, Yoongi...

—No quiero que peleemos como nuestras madres.

Han hablado acerca de sus familias, o lo que saben sobre ellas. Lo principal entre ambos es que provienen de familias completamente diferentes, y esas diferencias los ponen de los nervios en ocasiones en que Hoseok pierde la compostura y no obtiene la razón absoluta. La mayoría de esas, cuando Yoongi menciona algo acerca de lo que sus padres creen y ven sobre el mundo.

—P-Pero... no quiero pelear, sólo quiero que visites un médico para que te revise.

—No, Ángel, por favor.

—Está bien —suspira—. Entonces, ya no tenemos nada más que hablar.

—Pues entonces no —masculla Yoongi.

Cede al impulso de tocarle las manos para que deje de hacerse daño.

—¿Qué? —cuestiona Yoongi—. ¿Vas a enviarme al médico también?

Debe ser una mala broma, Hoseok nota presión en la boca del estómago, consecuencia de la decepción y el miedo. Suelta su mano y lo deja ir, sin volver a dirigirle la palabra.

La discusión se prolonga durante meses, porque Yoongi no deja de seguirlo en la escuela una y otra vez, pidiendo disculpas sobre algo acerca de lo que ninguno tiene la culpa, en realidad. Ambos son una copia exacta de las enseñanzas de sus padres.

—Es que... ya sabes que padre dice que tu madre es una loca —repite Yoongi. Lo ha atrapado en el baño, y Hoseok no alcanza a escapar, de hecho, la mano del otro presiona su muñeca con bastante fuerza— y que no está bien que hable contigo, porque no eres una... una buena influencia para mí... y... quiere llevarme lejos de ti.

—¿Mi mami qué?

Es lo único que su cabeza alcanza a procesar en ese momento, y la furia abate sus mejillas, su cuerpo tiembla. No comprende con exactitud a qué se debe toda esta conversación, pero sí tiene claro que lo ofende considerablemente la opinión acerca de su madre.

—Está loca por creer que puede criarte sin un padre.

—Yo tengo padre —aclara—. Sólo no vive con nosotros, porque...

—Porque tu madre no supo cuidarlo.

—Cállate.

—Madre...

—Cállate, Yoongi. No digas cosas así de mi mami.

No sabe nada. No comprendería lo que es ser mal visto por algo que no ha elegido y que no entiende a qué se ha debido. Sus padres no están juntos, y es todo lo que sabe. No es algo malo, ¿no? Solamente proviene de una familia diferente.

Se levanta y, por primera vez en mucho tiempo, su mano roza sin querer la de Yoongi al pasar por su lado. Quiere echarse a llorar ante el contacto, cuando éste toma la suya con fuerza. Se siente bien tomar su mano, pero está indignado.

—Ángel...

—Ya no me llames así. Y suéltame.

Yoongi lo libera de inmediato. 

 

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Desde 1993 🎨 yoonseok.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora