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Septiembre, 2004

Las agujas del reloj se mueven más lento de lo que desea, Hoseok detesta que las horas dentro de la escuela pasen tan lento y que sus fines de semana, sobre todo aquellos en los que juega con Yoongi, pasen tan rápido que su madre llega a buscarlo para cenar antes de que se dé cuenta. Desde que Yoongi abandonó su escuela para ir a aquella escuela en la que llevan uniformes elegantes y ordenados, hasta sus clases son aburridas. Más aún cuando finaliza sus ejercicios de matemáticas y no tiene a quien enseñarle, porque todos sus compañeros son casi tan aplicados como él, o algunos sólo no le piden su ayuda y él tampoco es que quiera entregársela.

Suspira pesado, posando el mentón en la palma de su mano y mira por la ventanilla para esperar a que la hora se acabe y suene el timbre de salida. Al menos es viernes, y no debe toparse con esos chicos en el almuerzo, quienes continúan gritándole cosas cada vez que pasan por su lado. Cuando eso sucede, Hoseok recuerda el rostro tímido de Yoongi preguntándole si lo seguiría queriendo pese a ser lo que los demás decían, y se le rompe el corazón.

—Seokkie... —canturrea Jimin a su lado y pronto ve una mano frente a sus ojos a la cual atiende con el entrecejo fruncido—, ¿estás aquí con nosotros? —clama con burla. Hoseok asiente—. ¿Terminaste tus ejercicios? La maestra dijo que podemos salir a jugar hasta que finalice la clase.

Lo mira con sorpresa y ojos brillantes, pero todo se desvanece cuando su amigo ríe.

—No es gracioso —dice con aburrimiento y vuelve a ver hacia la ventanilla—. Quiero irme a casa.

—¿No vas a mi casa hoy?

—¿Mh? —Lo mira bien, ladeando la cabeza—. Creí que era mañana.

—Dijiste hoy.

—No puedo hoy. Yoongi y yo quedamos para jugar, porque mañana se va con su familia a otro pueblo por el cumpleaños de su tía segunda.

—Me lo prometiste la semana pasada —se queja Jimin—. Porque siempre me dejas tirado por culpa de Min Yoongi.

—Lo siento, Mimi, pero no puedo hoy.

—Entonces, ya no vayas nunca más —sentencia, cruzándose de brazos y apoyando la espalda en el respaldo de su silla.

—Mimi... —suspira Hoseok—. Iré la otra semana.

—No, siempre dices lo mismo. Desde que ese bobo apareció, ya no quieres estar conmigo nunca.

—No lo llames así.

—¡Y lo defiendes de todo! —casi grita, al menos, lo suficiente para que la maestra cuestione qué sucede bajo la mirada de cada uno de sus compañeros—. Nada.

—Está molesto —responde Hoseok por más obvio que sea.

—Cállate —sisea Jimin.

—Mimi.

—No —sentencia otra vez Jimin, tirando su estuche favorito al suelo con un golpe, porque sabe que lo enfada en demasía que toque sus cosas así—. Ya no quiero ser tu amigo. Quédate con el rarito.

Y su estómago se revuelve, no sólo por ver sus lápices regados en el suelo, recibir las risas de algunos de sus compañeros y la mirada severa de su maestra frente a ambos por el escándalo. Es esa palabra, ¿por qué todos tiene que usarla? Ni él, ni Yoongi, son eso. No son raritos. Su padre se lo dijo, que a los niños raritos se les nota, y ellos no son eso. Que ellos se comportan como hombres.

Pierde los estribos, no sólo harto de que en cada recreo esos chicos le griten esa palabra cuando lo ven, sino harto de las burlas que escucha ahora, de los sonidos que animan el conflicto, de la sonrisa triunfal de Jimin por entender que ha dicho algo malo y que él está dañado por ello. Escuchando el susurro de su padre animándolo con aquella simple palabra: «defiéndete», que su madre no escuchó la última vez que tuvo un conflicto de aquellos, su mano empuñada se estampa en la parte trasera de la cabeza de su amigo, al menos, cuatro veces antes de que la maestra lo tome fuertemente por el antebrazo y lo levante de su asiento casi tirando su puesto y todas sus cosas. Escucha el llanto de Jimin a su espalda, escucha como todas sus cosas caen al suelo y aunque quiere devolverse para volver a golpearlo hasta que su cerebro se salga, sólo al atreverse a hacerlo, la maestra presiona tanto su antebrazo que le quema, y lo jala hacia la oficina de inspectoría general.

Desde 1993 🎨 yoonseok.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora