🎨 : ❝ Si hablamos de amor, significa al sueño de un niño asustado en la ignorancia y unos brazos tibios de verdad. Donde se crea un nido de tormentas y el azul del cielo se pinta sobre el lienzo, porque las nubes no sólo viven en su interior.
Min Y...
Las reuniones de padres siempre le han parecido a Hoseok algo que no debería realizarse, sobre todo desde que Min Yoongi sale de clase asustado a causa de todas y cada una de ellas.
Cuando la rusa Oxana Fedorova es destituida de su corona, Hoseok observa como la frente de Yoongi perla en humedad, y presiona tanto los dientes que, en una ocasión se le cayó uno de leche que tenía suelto y debieron correr al baño para limpiarse (ese día su camisa se manchó de sangre, y el señor Min tomó a Yoongi por el antebrazo para llevárselo a trompicones hasta su camioneta verde).
—¿Qué te sucede? —pregunta con suavidad.
Los ojos de su vecino-amigo se enfocan en él.
—Mis calificaciones en matemáticas —contesta con un hilo de voz, escondido en sus rodillas. Hoseok nota como le tiemblan los muslos—. Y de ciencias naturales... y...
—No están tan mal... —vacila.
Intenta animarlo tocando su espalda. Cada vez que hace algo como tocar a Min Yoongi, su propio cuerpo se siente extraño, como si quisiese abrazarlo un poco más. Sin embargo, su madre le ha dicho que no debe sobrepasar los límites de las personas, y Yoongi nunca le ha vuelto a pedir un abrazo desde la noche en que se conocieron. Espera que lo haga algún día.
—Está todo en rojo —alega Yoongi.
—Pero el rojo es un color lindo —murmura.
Min Yoongi ríe bajito, justo antes de que alce la cabeza y sus ojos se iluminen en terror cuando su madre aparece a través del umbral de la puerta. No alcanza a despedirse cuando lo toma del brazo y lo jala lejos de él.
Al día siguiente, Yoongi no asiste a clases.
Y ese día siguiente, se transforma en una semana.
—¿Cuándo volverá Min Yoongi? —cuestiona a la maestra cuando la semana acaba.
Pero ella sólo dice:
—Tiene gripe y no quiere contagiar a sus compañeros.
Una semana más transcurre hasta que lo ve sentarse, silencioso, en su lugar en el salón. Apenas corresponde a su saludo. La gripe luce extraña en Yoongi, él ha tenido gripe un par de veces antes y su ojo derecho nunca se ha teñido de amarillo verdoso.
Apenas la clase acaba, se levanta rápido de su asiento, ignorando a Jimin para evitar que lo detenga.
—¿Yoongi?
—Tengo que irme, Ángel.
Pasa por su costado sin dirigirle la mirada.
—Es un bobo —alega Jimin—. Te dije que es malo, Seokkie.
Apenado, lo comenta a su madre cuando llega del trabajo durante la tarde.
—Sólo acompáñalo, hijo, es lo que más necesita.
—No quiere mi compañía.
—Dásela cuando la busque.
—¿Y si no la busca?
—Eso es una respuesta también.
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