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El tiempo es un gran determinante en las acciones de una persona y Jungkook lo sabe a la perfección, porque si hace un año hubiera confesado sus sentimientos hacia su mejor amigo, quizás ahora se estaría preparando para casarse con él y no con Taehyung.

Ese día que conoció al castaño, su vida cambió, porque a partir de ese entonces una decisión marcó un antes y un después.

Él no quería un novio, mucho menos un prometido, pero cuando vio a Taehyung bailando entre la gente, le pareció que sería fácil enamorarse de él y así olvidar su amor más allá de la amistad por Jimin.

El castaño lucía tan lindo, tan agradable, que no dudo en acercarse a él e iniciar aquello que tenía una ida, mas no una vuelta.

Ahora, Jungkook, está sentado en el sofá de su casa pensando en las posibilidades que tenía con Jimin y no aprovechó, pensando en Jimin y no en su novio.

De todas formas, ya no hay nada que se pueda hacer, porque con el tiempo logró querer a Taehyung y está totalmente seguro de que lo amará cuando estén casados, todo es cuestión de tener paciencia, mucha paciencia.

Pero, entonces, ¿por qué le duele tanto a su corazón haber roto el corazón de Jimin?, ¿por qué quiere ir a buscarlo y pedirle perdón?

Su mejor amigo está tan solo a unos cuántos metros de distancia y no es para nada difícil cruzar ese espacio que los divide, por eso se levanta y corre a la puerta, la abre y lo que menos se espera sucede.

Taehyung está ahí.

—Hey —es todo lo que dice Jungkook, con un gesto de decepción y angustia en su rostro.

Aquello no pasa desapercibido por el contrario, "¿es así como se recibe a alguien con quien te vas a casar?", piensa el castaño.

—Buenos días, cariño —saluda entrando a la casa por un costado—. Estoy muy bien, gracias por preguntar.

Jungkook suspira y cierra la puerta para ir hasta el sofá donde Taehyung se acaba de sentar. Lo ve sacar de su bolso, una caja blanca y abrirla.

—¿Qué es eso?

—¡Son las invitaciones a nuestra boda! —exclama emocionado con un brillo particular en sus ojos—. ¡¿No es genial?!

—Sí.

Taehyung se entretiene tanto mirando la estructura de las invitaciones y revisando que los datos estén correctos, que no puede notar el poco interés que el pelinegro muestra. Ni siquiera ha sido capaz de hacer un comentario al respecto, y es que su mente está tan ocupada buscando la manera de salir y buscar a Jimin.

¿Cómo pudo ser tan cruel de arruinar el cumpleaños del rubio y decirle que se casaría?

¡Era obvio que Jimin gustaba de él!

Todas las cartitas que el rubito le escribía diciendo lo mucho que lo quería ahora retumban en su mente y unas fuertes ganas de volver a leerlas se instalan en su pecho, necesita abrazar a Jimin y decirle lo mucho que lo siente, que es un idiota por haber arruinado todo.

Sin importarle nada y sin aguantar más se vuelve a levantar y sale de su casa dejando al castaño con una confusión taladrante.

Cruza el pequeño cerco que divide la verja de la casa de Jimin y toca la puerta apresuradamente. A estas horas de la mañana la señora Park se encuentra en su trabajo, así que Jungkook se ahorrará una gran explicación.

Desde su habitación, Jimin oye la puerta ser tocada y la ignora, lo último que quiere es atender a algún vendedor o tal vez a algún molesto vecino que se le olvidó comprar azúcar y le viene a pedir. El rubio se envuelve mejor en sus mantas y cierra sus ojos buscando dormir, pero una vez más la puerta vuelve a ser tocada.

Tirando lejos su almohada le levanta y enfurruñado va a abrir, cuando está a unos cuantos pasos de llegar a la puerta, la persona al otro lado vuelve a tocar.

—¡Ya va! —grita y abre.

Grande es su sorpresa al ver a Jungkook, luce tan guapo como siempre, con su cabello perfectamente peinado hacia los costados y su mirada cautivadora, sin embargo, Jimin no entiende qué está haciendo ahí, pensó que después de su confesión, el pelinegro ya no querría volver a verlo nunca más. Aquello hubiera sido lo ideal, así hubiera tenido tiempo de sanar y su pecho no se estaría oprimiendo como ahora.

Por otro lado, lo que Jungkook ve es completamente devastador, Jimin está igual o peor que la vez en que lo encontró desaliñado. Sus ojos están tan hinchados que está seguro que casi no puede ver.

Toda la noche debió haber llorado.

Jungkook se siente mal por el rubio, y más aún porque todo esto fue ocasionado por él mismo.

—¿Qué haces aquí? —Jimin pregunta finalmente.

—Jimin... yo...

Jungkook no puede ordenar sus ideas y expresarlas, y mientras eso sucede, una persona más entra en la escena.

Taehyung llega como si nada con una sonrisa y se ubica junto a su prometido.

—Hola, Jiminnie —saluda—. ¿Cómo es posible que hayas venido sin mí? —esta vez se dirige a Jungkook—. Y lo peor es que olvidaste la invitación.

Jungkook abre grande sus ojos y en su cabeza se repite un "no, no, no". Esto es lo peor que puede pasar ahora, Jimin va a pensar que se está burlando de él.

¡Joder!

—¿Invitación? —Jimin ladea su cabeza hacia un costado.

Taehyung asiente y eleva la tarjeta que lleva en sus manos, enseñándosela.

—¡Las invitaciones de mi boda ya llegaron! —vuelve a sonreír—. Ten.

Solo por cortesía, el rubio la recibe, aunque con eso se esté lastimando. No conforme con eso también decide abrirla y leerla.

Nos conocimos de la manera más inesperada

Nos enamoramos cita tras cita

Compartimos momentos inolvidables

Y en honor a nuestro amor, ya es hora de darnos el "sí quiero"

¡Nos casamos!

Solo basta con leer esa pequeña parte de la invitación para que un jadeo se escape de los labios de Jimin, de pronto siente que el aire ya no oxigena bien su cuerpo y una vez más sus ojos amenazan con derramar lágrimas de dolor.

Una cosa era saber que el chico con el que creció y del que se enamoró se va a casar, y una cosa muy distinta es tener en sus manos la confirmación del inevitable matrimonio.

La vida está siendo muy injusta con él.

—¿Qué opinas? —pregunta Taehyung—. Está bonita, ¿verdad?

Jimin asiente.

—Sabía que te gustaría —añade el castaño—. Bueno, yo tengo que seguir organizando las invitaciones, nos vemos.

Taehyung desaparece y ninguno de los dos que quedaron dicen una palabra, si no hasta que el castaño se ha metido a la casa de Jungkook.

—¿Es enserio? Tan poco te importo como para que ahora me traigas esto —lanza la invitación al pecho del pelinegro.

Jungkook ni se inmuta, solo deja caer la invitación al piso.

—Te juro que no sabía que Taehyung iba a venir —dice—. Yo solo quería disculparme contigo por–

—¿Por qué? No tengo nada que disculparte, no fue tu culpa enamorarte de alguien más, al contrario, disculpa tú por hacerte pasar por esto.

—Hay algo más que quiero que sepas.

—¿Eso que dirás hará que mi corazón duela menos? —pregunta con un hilo de voz. Jungkook niega, porque en realidad no sabe si confesar que también estuvo enamorado será bueno o malo para el rubio—. Entonces no quiero saberlo.

Se dan una última mirada y Jimin cierra la puerta, separándose una vez más del que un día creyó que sería el amor de su vida.

𓂀 𝔽𝕚𝕣𝕤𝕥 𝕃𝕠𝕧𝕖 // 𝕂𝕠𝕠𝕜𝕞𝕚𝕟 𓂀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora