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—¿Por qué hiciste eso?

Taehyung eleva la mirada, suelta la pluma con la que escribía los nombres a las invitaciones y se pone de pie quedando a la altura de Jungkook.

—¿Hacer qué?

—Eso, seguirme y darle una invitación a Jimin, no tenías el derecho de hacer eso.

Taehyung frunce el ceño sin entender el reclamo de Jungkook.

—No te entiendo, ¿no se supone que fue por eso que fuiste con Jimin?

—¡No! ¡Necesitaba hablar con él y tú lo arruinaste todo!

El silencio que sigue es devastador, el pelinegro nunca antes le había gritado a Taehyung, por lo tanto este no sabe cómo reaccionar, solo puede sentir una profunda tristeza instalándose dentro de su ser. Está sorprendido de mala manera, ¿cómo debe continuar ahora?

Que hayan discutido a tan pocas semanas de su boda no habla bien de su relación, ¿acaso va a ser así cuando estén casados?

Taehyung entiende que todas las parejas tienen problemas, pero que su prometido le falte el respeto y lo culpe por algo sin sentido, es demasiado.

Quizás si se tratara de otra persona, perdería los estribos, pero si hay algo en lo que destaca el castaño es saber manejar las cosas con calma.

—Que sea la última vez que me levantas la voz,
Jungkook —pide con un semblante neutro—. Y de verdad siento mucho haber arruinado tu conversación con Jimin, pero hay algo que no logro comprender, estás raro desde hace días, ayer te fuiste del restaurante dejándome solo y cuando volviste no quisiste hablarlo, hoy me gritas, ¿qué está pasando contigo?, ¿es así como vamos a vivir?

Jungkook suspira pesado, esto se le está saliendo de las manos y aunque quiera negarlo, es por no poder sacar a su mejor amigo de su cabeza y no pensar en nadie más que en ese chico de cabellos rubios. Al igual que Tae, él también se pregunta que le está pasando y le pesa haber tratado mal a su novio.

Ahora que lo analiza mejor, su reclamo fue una estupidez, ni que el castaño fuera adivino para saber todo aquello que no deja de atormentar su mente, y mejor así, porque de lo contrario, Taehyung podría ser capaz de visualizar cómo Jungkook se replantea el matrimonio.

—Perdón, cariño, perdí los estribos —dice el pelinegro tratando de acercarse al contrario, más este lo esquiva.

—Es mejor que me vaya, ya hablaremos luego —el castaño coge su abrigo y sale de la casa del pelinegro.

Jungkook exhala frustrado y patea una silla cercana, todo se le está saliendo de las manos y no tener el control le pone muy nervioso.

°°°

Son las tres de la tarde y Jimin se alista para ir a sus clases de gastronomía y aunque no tiene ganas de asistir, es necesario porque sus parciales están a la vuelta de la esquina y necesita estar empapado de conocimiento.

Después de darse un ducha y vestirse, se da una última mirada en el espejo, no está como usualmente suele lucir, pero por lo menos ya no parece vagabundo, y por ahora con eso es suficiente.

Sale de su casa alrededor de las tres y quince, y llega a sus clases a las tres y cuarenta, exactamente veinte minutos antes de que su sesión empiece.

Debido a que es el primero en llegar, puede elegir libremente la carpeta. No quiere estar adelante, así que opta por irse a la última carpeta del lado izquierdo del salón, ahí nadie lo molestará.

Se sienta, deja su mochila a un lado, dobla sus brazos en la mesa y ahí esconde su rostro. Permanece en esa posición durante unos minutos tratando de no pensar en nada, hasta que siente a alguien tocando su espalda. Con pereza levanta su rostro, se trata de Jackson, otro estudiante más, y más que eso, su amigo.

—Así que decidiste volver a clases —dice el peligris con una sonrisa—. Que bueno ya te extrañaba demasiado, cariño mío.

Jimin no puede evitar reír al oír el apelativo por el que Jackson lo llamó. Ese chico siempre lo sorprende con cada cosa, es tan bromista, atento y guapo, ¿por qué no se enamoró de él?
Aquello no hubiera sido difícil ya que el peligris le ha pedido en más de una ocasión salir y darse una oportunidad, pero para bien o mal, conoció a Jeon primero y desde entonces su corazón lo eligió.

—Solo desaparecí por dos días, no es para tanto.

Jackson dejá sus cosas en la carpeta del costado y jalando su silla se ubica junto a Jimin.

—Para mí es difícil no verte —dice más serio—. Así solo sean dos días.

El rubio muerde su labio inferior y suspira.

Ahora comprende la frase "el corazón quiere lo que quiere", porque frente a él tiene a alguien dispuesto a darlo todo por hacerlo feliz, dispuesto a amarlo sin condiciones, pero aún así, no es capaz de darle una oportunidad.

¿Hasta cuándo será?, se pregunta e inevitablemente sus ojos se humedecen alertando al contrario.

Jackson no sabe qué es lo de dijo tan malo como para hacer llorar a Jimin, pero definitivamente no es capaz de quedarse de brazos cruzados. Con una de sus manos acaricia el rostro del rubio y con sutileza limpia las gotas que se deslizan por sus mejillas.

Cuando Jimin se abalanza a sus brazos y esconde el rostro en su cuello, Jackson sabe que algo anda mal. Usualmente el rubito es alegre y en estos momentos no hay rastro de eso, es como si hubieran cambiado a Jimin por alguien más.

—Está bien —susurra Jackson mientras abraza fuertemente la cintura del contrario—. Llora todo lo que quieras, te prometo que no me iré.

Jimin confía y lo hace, se desahoga en alguien más que no es su almohada. Se siente tan aliviante hacerlo.

Tras unos segundos o minutos tal vez, su llanto cesa y sólo ahí es capaz de separarse del abrazo.
Jackson lo mira con ternura y ese es él único sentimiento que percibe, no hay lástima ni pena que le haga sentir mal.

—Gracias —musita Jimin—. Siento mucho que hayas tenido que soportar esto.

—No digas eso —vuelve a acariciar la mejilla del rubio—. No he tenido que soportar nada porque simplemente tú no eres ninguna carga.

—¿Siempre serás así de lindo conmigo? —pregunta con una ligera sonrisa.

—Siempre, así tú no me quieras de la forma en la que yo lo hago, siempre me vas a tener.

Jimin sonríe con sinceridad y decide que es momento de hablar sobre lo que le sucede, no es justo que Jackson no sepa la razón por la que no puede corresponderle.

—Jungkook se va a casar.

Aquella noticia toma por sorpresa al peligris.

—¿Tú amigo? ¿Él que me mira mal cada vez que estoy contigo?

Jimin asiente.

—Se casará dentro de unas semanas.

—Oh, es una buena noticia, ¿no?

—No —siente un nudo formarse en su garganta—. Yo... yo lo amo.

La cara de Jackson se desfigura en una mueca de dolor pero al instante vuelve a colocar su bonita sonrisa.

—No lo sabía —dice bajando la mirada.

—Cuando éramos niños prometimos casarnos algún día —bufa—. Él mintió e irremediablemente me rompió en dos. Me duele mucho y hasta siento que no puedo respirar, es como si toda mi alegría se hubiera esfumado con la noticia de su boda. Fueron dos días terribles que no hice más que llorar, por eso no vine a clase, ¿soy muy inmaduro por eso?

Jackson niega.

—En lo absoluto, eres muy fuerte y valiente, yo no sé si podría con eso —frunce el ceño—. No te puedo decir que lo olvides y que todo irá bien, porque por ahora no será así, esto va a tomar su tiempo y no será fácil, pero sin duda terminarás sanando tus heridas y estarás listo para amar otra vez.

Jimin asiente agradecido por la sinceridad de Jackson.

En ese momento entra el profesor seguido por el resto de los alumnos y la clase se inicia, y milagrosamente la mente del rubio está mucho más despejada.

𓂀 𝔽𝕚𝕣𝕤𝕥 𝕃𝕠𝕧𝕖 // 𝕂𝕠𝕠𝕜𝕞𝕚𝕟 𓂀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora