Danger

20 | ¿Quién lo mató?

Amelia se movió de la cama y sintió como todo su cuerpo dolió, dormir en el piso era mucho mejor que dormir en aquella cama dura, parecía estar hecha de piedra. Se levantó y se estiró tratando de aliviar un poco el dolor de cuerpo, miro la habitación y pensó en como todo estaba mal en su vida.

—Tengo que salir de esta ciudad —se dijo a sí misma.

Un aire gélido golpeo su rostro y de inmediato miro la ventana pero está se encontraba cerrada. Ignoro aquel extraño sentimiento y siguió con lo suyo, sin embargo, de pronto se comenzaron a escuchar ruidos extraños en el armario. La rubia miro con atención y pensó inmediatamente en que podía ser ratas.

Se colocó las botas y cuando estaba apunto de salir escucho algunos murmullos. Era demasiado temprano y ya parecía que estaban todos despiertos, con cuidado salió de la habitación y bajo las escaleras. Las voces proveían de la cocina, Amelia se asomo un poco viendo que se trataba del líder de Danger el cual estaba sentado y a un lado estaba el hombre llamado Silas, había otra persona con ellos, sin embargo, no lograba ver quién era.

—¿Quién lo mató? —pregunto.

Esa voz era de Isabella.

—No lo sabemos —se limito a decir Dmitry.

—¿Usted dónde se encontraba? —Pregunto Silas a Isabella.

—¿Eso ocurrió en la noche?

—Efectivamente.

—Me encontraba durmiendo, como la mayoría —dijo con cierta molestia — ¿Piensan que he sido yo la que lo asesino?

La rubia no dudaba en que Isabella había tenido algo que ver en eso.

—De ninguna manera —se apresuró a decir el líder — confío en ti, Isabella.

Amelia y Silas quedar sorprendidos ante lo que había dicho él. Cómo era posible que un día para otro el líder confiara en una desconocida que había aparecido a enfrentar a los asesinos, incluso en una ocasión a él también.

Lo que le resultaba extraño a Amelia de Dmitry era que en ocasiones llamaba a la pelinegra de usted y después le hablaba de tú. No entendí el por qué.

—Agradezco su confianza —murmuro la pelinegra

—¿Ahora me hablas de usted? 

—Es el líder de Danger.

—Trabajas para mí, puedes llamarme de tú.

—Esta bien.

Ambos se sonrieron y Amelia suspiro con cansancio. Cómo era posible que Isabella consiguiera todo con facilidad, qué se ganará la confianza de todos en tampoco tiempo. Claramente era un peligro y nadie se daba cuenta, estaba cansada de esperar que los demás se dieran cuenta de ello, ella misma iba a  desenmascarar a la desconocida porque eso era la pelinegra una completa desconocida para todos.

—Debemos descubrir quién lo asesino y el por qué —mascullo Silas.

Confiaba en el líder. Si Dmitry confiaba en que Isabella no era la asesina también él confiaba.

—¿Cómo lo mataron?

—Le encajaron múltiples veces una daga en el abdomen —le explico Dmitry.

—En el abdomen —se quedó pensando la pelinegra — solo una persona puede asesinar así, es tipico de esa persona.

—¿Existe otra persona en Danger que se encuentre oculta?

—Tal vez —esbozo una sonrisa mirando con complicidad al líder.

El hombre estaba ocupando masajeando su cien, parecía estar casando.