CAPITULO 15

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Poché

Daniela estaba sentada en el borde mi cama, miraba sus manos con ansias, tenía la mirada baja, se veía tierna.

-Habla- dije cruzandome de brazos.

-Tú me vistes, ya sabes...- respondió, aún con la mirada baja.

-Te ví con tu novio, lo que todo pareja hace...- suspiré para luego proseguir- besarse.

-Si pero todo tiene una explicación- dijo poniéndose de pie.

-No tienes que dar explicaciones Daniela- le respondí con media sonrisa.

Sujeto mis manos con delicadeza, levanto su mirada, sus ojos avellanas estaban tristes.

-Lo siento, te prometo que no volverá a pasar.

-No te preocupes, yo entiendo, ese es mi puesto, se que solo podemos estar a escondidas- le respondí dándole una sonrisa.

-Ya no quiero que nos veamos a escondidas poché, me gustas y me gustas mucho- dejo un beso fugaz en mi mejilla.

-Tú igual me gustas mucho chiqui- le respondí devolviendo el beso.

En el fondo sabía que no tenía que reclamarle, al final de todo, yo acepte cualquier tipo de complicidad.

Es verdad, yo la quería, la quería mucho y no la quería perder.

Pasaron unos minutos en dónde solo nos quedamos mirándonos, sus ojos se volvieron una adicción para mí, tenía los ojitos más bonitos de todo el universo, sus ojos color avellana despertaba cualquier tipo de magia en mi.

Se fue acercando poco a poco a mi, nuestros labios se estaban rozando.

-Te quiero poché- pude sentir su respiración, estaba tan cerca de mi.

-Yo te quiero a ti Calle- fue lo último que dije.

Cuando sus labios atraparon los míos, me dió uno de sus besos, que te pueden llegar a llevar, a las nubes.

Su mano bajo al inicio de mi camiseta, sabia lo que quería hacer, yo también lo necesitaba.

Poco a poco fue subiendo mi camiseta, hasta que la quito por completa.

Se separó un poco de mi para observarme, sus ojos avellanas se tornaron oscuros, su mirada bajo a mis pechos, me puse nerviosa al sentir su mirada en mi.

Lleve mis manos así su camiseta, ella aún no quitaba su mirada de mi, fui quitando su camiseta lentamente, me quedé mirando sus pechos.

Éramos las dos, en mi habitación, mirándonos y no a los ojos.

Me acerque a ella para volver a besarla, ese beso fue más intenso, pero siempre conserbava esa dulzura.

Mis manos se posaron en su espalda, jugando con el inicio de su sujetador.

Su lengua pedía acceso a mi boca, fui abriendo mi boca, solté un gemido al sentir su lengua en mi boca. Ese besó se formó en una batalla para ver quién ganaba.

Después de unos segundos, logré sacar su sujetador, lo mandé a tirar por algún lado de la habitación.

Mis besos fueron bajando por su cuello, haciendo que ella tirará su cabeza hacia atrás, permitiendome tener más acceso.

Sus manos vagaban por mi espalda, rápidamente me saco el sujetador, mis besos fueron posándose en uno de sus senos.

-Pochè...- la escuché decir en un pequeño susurró.

-Daniela...- le respondí besando uno de sus senos.

Mis labios se posaron en su seno derecho, mientras mi otra mano se posó en el izquierdo.

La cantante Daniela Calle Donde viven las historias. Descúbrelo ahora