CAPITULO 25

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Narrador omnisciente.

Una castaña mirando el suelo, pensando en como había llegado ahí, pensaba y no encontraba razón.

Agarro un pedazo de ladrillo que había encontrado, se acomodo hasta llegar a la pared y anoto otro día más.

-Día 30- susurró escribiendo uno de los tantos palitos.

Dejo caer su espalda hacia la pared, miro a ambos lados y otra vez no encontraba salida.

Aquella habitación tenía una sola ventana, pero era tan estrecho que solo dejaba ver un rayo de luz. Una cama pequeña y un pequeño baño en dónde hacía sus necesidades, aquello le parecía asqueroso así que solo lo usaba si era realmente urgente.

Daniela no sabía, cómo es que de estar en una gran mansión a estar como si estuviera en la cárcel, lo único que le hacía mantener viva, era pensar en aquella morena que la volvía loca.

-Buenos días bonita- Daniela apartaba su vista del suelo para mirarlo.

No podía creer que le dió su amistad a tan poca cosa como lo era él.

-Te traje comida, debes estar muriendote de hambre- él le dejaba la bandeja frente a Daniela.

Rápidamente ella se acercó para comer con velocidad, estaba muerta de hambre, no había comido durante 2 días y todo por tratarlo mal.

-Come despacio hermosa, nadie te gana- dijo él.

Cómo siempre pasaba, se acercó a una silla, se sentó en ella mientras veía a la castaña.

-Cuando me dejaras ir?- preguntó Daniela tímidamente.

-Ya te dije, cuando te enamores de mi- dijo el recostando su barbilla en sus manos.

La castaña lo miraba con tristeza, ella no podía creer que Mateo halla llegado a tanto.

-Ya no queda comida, mañana iré otra vez a la ciudad- Mateo sacaba su celular- mira.

Daniela se acercó para ver aquella foto, no podia creerlo, era María José junto con Mario, él la abrazaba mientras ella parecía feliz.

-Olvidate de ella- decía él guardando su celular- por cierto, los detectives están sospechando de mi, tendré que venirme a vivir contigo, princesa.

Mateo tenía razón.

El detective que había contratado la familia Calle, había encontrado a uno de los tantos secuestradores, él habia confesado que los habia contratado el señor Jimenez.

Mateo se salvó, gracias a los poderes que poseía, pero eso no le iba a durar mucho, él sabía que tenía que huir, entre más rápido, para él era mejor.

En la ciudad de Bogotá, se encontraba Maria José junto a Mario.

-Espero y te guste el helado- dijo él con una sonrisa.

Mario estaba seguro que había conseguido lo anhelado, él había conquistado a María José.

-Gracias, me hace bien salir- Poché sonreí junto a él.

-Como va la relación con tu hermana?- preguntó él interesado.

-Digamos que bien, no estamos de lo más feliz pero intento perdonarla.

-De verdad espero y se arregle todo.

Ambos sonreían, para Mario ella estaba enamorada de él.

Aunque para él había pasado poco tiempo, estaba seguro que ella ya estaba superando lo de Daniela.

La cantante Daniela Calle Donde viven las historias. Descúbrelo ahora