Capítulo 3

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Estaba nerviosa, había ido a fiestas antes pero no a una en México. Llevaba muy poco tiempo viviendo aquí como para pensar en experimentar en un lugar tan atestado de jóvenes. No estaba preparada, o al menos no me sentía segura de estarlo. Llevaba casi toda la mañana rogándole a Magui que me acompañara, pero tenia otros planes y no podía cancelarlos, por lo tanto debía enfrentarlo sola y con todas las agallas que pudiese reunir.

Mi principal dilema, en este momento, era que vestimenta colocarme. No quería verme sencilla, pero tampoco demasiado Exagerada. ¿Qué suelen vestir las chicas aquí?. No era mi intención seguir molestando a Magui, pero era mi única fuente de confianza en este momento. Luego de dar vuelta mi closet unas tres veces, decido vestirme como lo haría normalmente en mi país: una falda de jean negra y un con brillos, también negro; no era muy amiga de las sandalias o tacones, por lo tanto me coloco mis confiables convers. Siempre eran una buena combinación, con todo.

Recibo un mensaje de Tomas, que decía "estamos cerca de la fiesta, te esperamos fuera, no te demores". Pedí uber, y en quince minutos estaba frente al establecimiento. Temblando y sudando sin control, me bajo de auto tratando de normalizar mi respiración y a la vez intentando no parecer un conejillo vulnerable. No podía permitir que me vieran así.

-Que guapa vas -la voz de Andoni a mis espaldas me hace pegar un respingo que le causa gracia.

Se acerca y deposita un lento beso sobre mi mejilla, parece querer entenderlo lo más posible, hasta que se separa y sonríe amplimente, poniéndome más nerviosa, si era posible.

-Tú -titubeo, pero me obligo a no flaquear -tú te ves muy guapo también -le devuelvo la sonrisa.

-Acompáñame, los chicos están haciendo fila -inesperadamente me toma de la mano y me guía hacía el resto del grupo.

Ya con los demás, Tomas me recibe con un gran abrazo, al que me cuesta adaptarme, y los demás simplemente con un saludo de lejos. Quien tiene mi total atención es Carlos; no dejó de verme en ningún segundo, pero su semblante me daba la idea de que estaba molesto o tal vez incómodo. No lograba entenderlo del todo aún, pero planeaba intentarlo.

Andoni continúa sosteniendo mi mano con la misma firmesa de hace unos minutos atrás, y el chat del stream de Tomas parece no ignorarlo.

-El chat está sorprendido por esa gran unión -Tomás apunta a nuestras manos, y trato de separarme pero Andoni no lo permite.

-Solo somos amigos, no quiero que se pierda entre tanta gente -guiña un ojo a la cámara, y continúa hablando de cualquier otro tema.

Luego de unos minutos logramos entrar al lugar. Estaba demasiado oscuro como para poder describirlo, pero lo que más me tomó por sorpresa fueron las cajas, con puertas de vidrio, en las cuales danzaban chicos y chicas, acaparando la atención de una gran parte de las personas que bailaban a su alrededor.

-Nada parecido a una fiesta argentina -escucho, por sobre la música, a Tomas quien parece estar sorprendido por lo que ve.

-Menos se asemeja a una de España -Andoni también estaba sorprendido. Y yo no me quedaba atrás, viendo hacia todos lados, encontrándome con situaciones y cosas que no havia visto hasta ahora.

-¡Bienvenidos a México! -bromea Carlos -. Siganme, vamos a la barra.

Andoni suelta mi mano y de adelanta para ir a un lado de Carlos, Tomas en el medio, y Joshua y yo hasta atrás. Por el camino, una chica con poca ropa nos invita a acercarnos a una mesa en una esquina del lugar, aceptando las seguimos. Pedimos algunos tragos, y mientras esperamos Tomas me invita a bailar dejándole el celular a Andoni para que nos grabe.

El Efecto BelcastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora