Capítulo 4

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—¡¿Qué tu que?! —el grito de Magui llamó la atención de varios en el gimnasio

—Habla más bajo —le reprocho

—¿Como es posible que casi besas a Andoni?

—Gritalo, así se enteran todos —ruedo los ojos exasperada

—¿Entonces no lo sabes? —preguntas preocupada

—¿Saber que?

—Andoni tiene novia —como un balde de agua fría la respuesta me sorprende dejándome helada. No puedo creerlo. ¿Qué lé costaba decírmelo?. Esto quiere decir que casi beso a un chico con pareja. Mierda, esto no puede ser real —. Creí que lo sabias, el es muy conocido en redes sociales

—Hasta hace tres días atrás no sabía de su existencia ¿como podía saber que tiene novia?

Agh, solo estas cosas me podían pasar a mi. ¿Por qué no pregunte antes?. Ignore el hecho de que no se nada de estos chicos, y sin importar salí con ellos creyendome que los conocía lo suficiente. ¿Qué tal si todos tienen novia? Y por eso el comportamiento de Carlos o Aioli. Soy una idiota por salir con ellos sin preguntar nada de sus vidas. No debería de confiar tan fácilmente en cuatro desconocidos.

Tarde me di cuenta de lo mal que actúe al salir sola con ellos, y de casi besarme con uno. Y pensar que anoche pensaba en que podía arriesgarme y conocer de una forma amorosa a Andoni, sin siquiera saber su fecha de cumpleaños.

—Debi hablarte más de ellos, lo siento —se disculpa apenada

—No es tu culpa, es la mía por ser desatenta en los detalles —quería autogolpearme en este momento.

—Deberías hablar con Andoni. Aclarar las cosas.

—No creo que sea buena idea —niego con rapidez —. Se terminó mi momento de aocialización. Voy a tratar a toda costa de evitarlos.

—¿Segura? —se notaba en su semblante la preocupación.

—Muy segura —asiento convencida.

—Entonces, será mejor que te vayas. Ya. —Apunta a mis espaldas, donde venían los cuatro chicos, conversando animadamente.

Tomo mis cosas con rapidez y comienzo a caminar, alejandome de ellos. Por el camino escucho a Tomas preguntar "¿esa era T/n?", pero no me detengo a seguir escuchando su conversación.

Me coloco los audífonos, y escuchando a Tweny one Pilots comienzo mis cuarenta y cinco minutos de cardio. Estaba tan sumida en mis pensamientos que no noto la presencia de Carlos a mi lado hasta luego de un largo tiempo. De igual forma me hago la distraída y no me saco los audífonos hasta terminar. Detengo la maquina y mientras tomo mis cosas para ir a otra, Carlos se para frente a mí.

—¿Todo bien? —cuestiona, con un tono de vos curioso. Asiento en respuesta, y trato de esquivarlo pero no lo logro, ya que se coloca frente a mí nuevamente —, no lo parece.

—En realidad no está nada bien —suelto con rabia —. Es increíble que seas un idiota conmigo y cuando te conviene me trates bien ¿por qué no dejas de joderme de una vez?

—Si es lo que quieres —se encoje de hombros, sin poder disimular su molestia.

Pareciera que no le gustaban las discusiones, prefería dar la razón y seguir con su vida. No lo entendía, pero lo agradecía.

Se hace a un lado, y comienzo a caminar lejos. Mis pasos son interrumpidos por un enorme cuerpo que me obstruye el camino —otra vez .

—¿Qué quieres Andoni? —pregunto al borde de explotar

El Efecto BelcastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora