Tres días llevo en la casa y ya he besado a Andoni, dormido -y solo dormir -con Carlos. Comenzaba el tercer día aquí y me sentía extraña. Hoy, eran de esos días en los que no me sentía con la autoestima suficiente para salir de mi habitación, pero ¿que se hacía cuando no estabas en tu casa?.
No tenía razones para sentirme mal, pero lo hacía y no podía, ni quería explicarlo. Carlos lo notó apenas se despertó y me dió mi espacio lo más que pudo, manteniéndose fuera de la habitación todo el rato. Cuando finalmente me desperté salí al pasillo y al ver por la ventana noté que llovía. Odiaba los días de lluvia. Ahí entendí porque me había levantado de mal humor, y empeoró cuando entendí que nuestro plan pata unir a Joshua y Magui no pasaría hoy debido a la intensa lluvia con tormenta intensa.
Carlos venia subiendo las escaleras con una bandeja con desayuno. Al verme bufando con exageración sonríe con burla.
-A alguien no le gustan los días de lluvia -canturrea, terminando de subir las escaleras -¿Qué pasa? -pregunta con un tono cálido, acercándose a mi -Te traje desayuno, pensé que no querrías bajar
-Odio los días de lluvia -exclamo como niña pequeña y el sonríe juguetón.
-¿Vemos una película mientras desayunas? -mis ojos se iluminan, encantada con la idea.
-¡Si! -aplaudo emocionada, el solo ríe por mi
-¿Qué vemos? -pregunta, llevado el desayuno a la mesa de centro que se encontraba en la sala del segundo piso, donde nos encontrábamos.
-Enredados -amaba esa película, y sentía que era el momento perfecto para verla. El me mira confuso sin saber de qué hablaba -Ya verás -canturreo y tomo el control de la tele para buscar. Mientras tanto él va por mantas a la habitación. Me arropa si sienta a un lado mío con su manta en los hombros, al igual que yo.
La película comeimza y me siento una niña feliz, disfrutando del desayuno mientras vemos la película. Nadie nos interrumpe durante las siguientes dos horas. Carlos termina recostado en mi hombro, totalmente dormido del aburrimiento.
La película acaba y Carlos sigue pegado a mi, profundamente dormido. Lo muevo suavemente pero parece no querer despertar. Sigo sacudiendolo cada vez con más fuerza hasta que reacciona. Se acomoda en el asiento frotándose los ojos con pereza, se veía muy tierno.
-¿Me dormi? -me río abiertamente, no podía creer que lo preguntara -, lo siento...
Sus ojos conectan con los míos y no puedo evitar fijarme en lo lindo que se veían de cerca. Son marrones, pero de cerca puedes notar varios tonos, y el brillo deslumbrante, acompañado con unas bonitas pestañas. Mis ojos bajan a sus labios y al notarlo los humedece, ¿Qué estamos haciendo?. Como un imán, comenzamos a acercarnos lentamente. La sensación de atraernos sin mucho esfuerzo, hasta que entendí lo que hacíamos y gire la cabeza evitando mirarlo. De inmediato me pare y tome la bandeja para bajar las escaleras y llevarlas a la cocina, dejando a Carlos solo.
No me sentía capaz de traicionar la confianza de ambos. Me había besado con Andoni ¿como podía besar a Carlos?, no era nada maduro de mi parte estar pasando de uno a otro. No estaba bien. Agradecía poder haberme detenido antes de cagarla.
Lo cierto es, que estaba confundida. Ambos me atraían, más no me gustaban. Mi relación con ambos era totalmente distinta; por un lado, con Andoni tenía una atracción más tendiente al contacto físico y los momentos de risas, es como esa sensación spicy que te llena de adrenalina y de excita; sin embargo, con Carlos me gustaba hacer cosas más normales, como ver películas, dormir abrazados o charlar de cualquier cosa.
Quito mis pensamientos de mi cabeza al darme cuenta que me había quedado estática en la entrada de la cocina. Tomas me miraba con burla y a Joshua parecía que le daba lastima o tal vez cringe, verme en este estado.
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El Efecto Belcast
FanfictionT/n se muda a México en busca de nuevas oportunidades y experiencias. Su entretenimiento favorito es el gimnasio; y es en aquel lugar donde conocerá a Carlos Belcast, un joven abocado al mundo fitness, que logrará hacerla experimentar el "Efecto Bel...