𝟎𝟎𝟒 | 𝐁𝐨𝐧 𝐚𝐩𝐩𝐞𝐭𝐢𝐭

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''𝐓𝐡𝐞 𝐫𝐞𝐝 𝐟𝐞𝐚𝐬𝐭''

Al sentir una presión en el cuello, acercas tu mano a tu cuello y lo sobas con molestia

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Al sentir una presión en el cuello, acercas tu mano a tu cuello y lo sobas con molestia. Recordar las cadenas mientras te arrastran en dirección a padre hace que chasques la lengua, incómoda. Molesta por el sentimiento repentino, tu mente regresa a aquel día. Las cadenas en tus pies chocan con cada paso que das al caminar, todo mientras tarareabas aquella melodía sobre un río. Los ríos pueden tener muchas caras; tranquilos, turbulentos, llenos de rocas o libres de estas, permitiendo así a las personas pescar.

Un río es lo que te separa del inframundo, del eterno sufrimiento de almas. No deseas cruzar, deseas que la persona del otro lado haya decidido quedarse, no averiguar que hay al otro lado y mantenerse estancado. Las aguas se tornaron agresivas, apenas la otra persona curso, sabes que si intentas pasar al otro lado, la marea te estrellará contra las rocas.

Morirías ahogada...

—Deja de cantar eso, es jodidamente deprimente. —entrando a la sala solitaria, Adán se muestra junto a su mano derecha; Laúd, una chica sería que de cierta forma es agradable para ti.

—No me dijiste que vendrías después de la reunión, creí que estabas ocupado con ''Cosas importantes''. —Sabes que es mentira, se nota en las migajas que tiene por toda la boca, y, ropa. Es demasiado poco discreto—Límpiate la boca, si Sera se entera de que faltaste por estar comiendo, te va a ahorcar. —Caminando a su lado, asientes con la cabeza, saludando así a la tercera que con respeto acepta el saludo.

—Dama Eco. —Pronuncia la exorcista de forma respetuosa al hacer una reverencia.

—Vamos perras, en pocas horas iremos a exterminar a esos putos pecadores, no puedo esperar a verles la cara de terror. ¡Qué emoción! —Energético, ignoro el hecho de que estabas presente, no te molesto, lo dejaste pasar al verlo tan emocionado. Al final, no tienes por qué sentir empatía por personas que en vida no pudieron tenerse empatía a ellos mismo. Ignoras su mala lengua y esperas a que salgan, y digamos que cuando Adán se dio cuenta de su vocabulario, cerro la boca de golpe, mirando con terror a la figura de la mujer de cabello rojo, que amablemente dio el permiso de continuar con su celebración.

Son un suspiro largo, aceptas sin más. Es su forma de ser, no quieres cambiar aquella chispa que te saca sonrisas. Tu respuesta saca una sonrisa emocionada en el rostro del primer hombre. Sin poder creérselo, te abraza, alzándote y apretando hasta quitarte el aire.

—¡Esa es mi maldita ángel! —Ríe emocionado, finalmente podría expresarse con decoro alrededor de ti. Es tan emocionante que luego de años finalmente aceptes su lenguaje grosero. Por lo que las risas junto al abrazo fueron tan genuinos que sorprendieron a ambas chicas presentes—¡Vas a divertirte perra, me encargaré de eso! —sonriente, el primer hombre finalmente te suelta, tomas una gran bocanada de aire mientras agonizas por tus huesos rotos.

𝐖𝐈𝐍𝐆𝐋𝐄𝐒𝐒 𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 | Lucifer MorningstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora