𝐖𝐈𝐍𝐆𝐋𝐄𝐒𝐒 𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 | Lucifer Morningstar

𝟎𝟏𝟓 | 𝐃𝐫𝐞𝐚𝐦𝐬 𝐨𝐫 𝐣𝐮𝐬𝐭 𝐦𝐞𝐦𝐨𝐫𝐢𝐞𝐬

''𝐀 𝐥𝐢𝐯𝐢𝐧𝐠 𝐧𝐢𝐠𝐡𝐭𝐦𝐚𝐫''

¿Cómo se le había vuelto a ocurrir? Habías advertido sus decisiones ya desde las últimas semanas. Quién sabe cuantas veces ha bajado desde la última vez. Estás furiosa.

—¡Eco, espera!

Con fuerza lanzas a Luzbel dentro de su habitacion. Rueda al caer de forma brusca al suelo. Jadea por el golpe repentino y se sienta como puede, mirando tu silueta acercarse, lo que lo hace retroceder.

—¡¿Cuántas veces te he dicho que no te acerques al Edén?! —Caminas hacia él, tus ojos brillan como el mismo sol. El arcángel retrocede hasta topar con la pared, reniega al sentir el muro bloquear su retroceso—¡Eres un necio, sucio mentiroso, si no fuera por mí estarías ya pudriéndote en algún lugar del universo! —Lo tomas con fuerza del rostro para que te mire—No tienes idea de cuanto me arriesgo para evitar que tu trasero arda en la fura de dios. —Reniegas contigo misma—Estoy intentando protegerte. ¿Qué no lo entiendes?

—No, no lo entiendo. —da un manotazo a tu mano, te pones de pie seguida por él—Creí que me entenderías, creí que serias la única que apoya mis decisiones, mis sueños. —miras a otro lado, alejando tus manos—Pero me equivoque. Mi padre, mis hermanos, ellos no me entienden, creí que mi mejor amiga lo haría... pero me equivoque. —Sus ojos te miran con rabia—Ya ni siquiera creo que seas mi amiga.

Abres los ojos con sorpresa, tu corazón cruje al escuchar eso. Tus ojos se llenan de lágrimas que no caen hasta al cabo de unos segundos. Las gotas de agua se deslizan por tus mejillas. Al ver tus lágrimas caer, Luzbel se arrepiente inmediatamente de sus palabras. Abre la boca para decir algo, pero nada sale. Aprietas los puños con fuerza, recordando aquella imagen que observaste al llegar al paraíso.

Sus manos juntas, riendo entre ellos. Sus ojos mirándose con tanto sentimiento. Sus pupilas dilatadas sonriendo a ella. Brillando con su simple presencia. Dolió tanto... duele...

—¿Por qué estás tan obsesionado con regresar a ese lugar? —ahogas los quiebres que tiene tu voz. Mirando al suelo unos segundos, alzas la vista. Fija sobre el arcángel que tiene sus ojos sobre ti, repites la pregunta al ver como la evita—No te hagas el sordo, responde la pregunta. ¡Dime! —Ordenas necesitada.

—¡No tengo por qué decirte mis razones, ya ni siquiera puedo confiar en ti para guardarlas como antes!

—¡Es porque esta mal! —Caminas a su dirección, cada paso es una súplica—No quiero que algo te pase, me importas demasiado. Te lo dije y lo dire las veces que sean necesarias para que lo entiendas. —Extiendes con cuidado tu mano a su mejilla. Parando al no poder tocarlo—Prometimos cuidar del otro... no me hagas arrepentirme de haberte elegido. —su sentido doble dolió para ambos.

—Es ella... —aprietas los labios al escucharlo. Alejas tu mano y la dejas caer a tu costado, escuchas lo que tenga que decir—Desde que la vi, sentí algo, y al hablar con ella, desde hoy, sentí, tantas cosas. —sus ojos se iluminan al pensar en ella, la mujer de cabello rubio que habita el Edén junto al primer hombre—No me importa lo que digas, voy a regresar al Edén. —Aprietas los dientes—Y no sera por mis creaciones. Volveré para ver a Lilith. Las veces que sean necesarias. Porque yo...—duda—Yo, la amo. —Instantáneamente se arrepiente. De primera mano observa el cómo el dorado brillante en tus ojos se opaca. Aparta la mirada y se cruza de brazos. No admitirá su culpabilidad—No creo que lo entiendas. Tú no amas a nadie al final.