∘ 𝘏𝘈𝘡𝘉𝘐𝘕 𝘏𝘖𝘛𝘌𝘓 一 𝐖𝐢𝐧𝐠𝐥𝐞𝐬𝐬 𝐀𝐧𝐠𝐞𝐥
''Lo queríamos los dos, pero ninguno preguntó. Por lo que supusimos que la respuesta era "no". Y así fue como otro "si", en silencio se quedó.''
- Farid Dieck
𝐋 𝐔 𝐂 𝐈 𝐅 𝐄 𝐑 𝐌 �...
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Un silencio inunda la sala donde dos personas desayunan en silencio. La evidente ausencia de un tercero hace el desayuno incómodo. Sin saber qué decir, el hombre alza la mirada, encontrando a su hija, mirando fijamente el plato aún lleno de comida, la cual remueve con su tenedor. Perdiendo el apetito por todo lo sucedido, decide hablar para de alguna forma animar a su hija, la cual no ha apartado su mirada del suelo desde que se enteró por los labios de su padre que su madre había decido abandonarlos. No sabe cómo tomarlo, no creo que alguien lo tome bien si esa persona es cercana a ti.
—Charlotte, ¿te gustó el desayuno? —Queriendo evitar el tema, prefiere comenzar lento, el día anterior explotó con su hija al contarle la noticia, no quiere hacerlo de nuevo.
—Eh, estaba rico... gracias. —Sin haber probado bocado, deja el cubierto sobre el plato y se pone de pie al correr la silla hacia atrás—Yo, iré a mi habitación. Con permiso. —Aguantando las lágrimas, sale de ahí corriendo, dejando a su padre solo en aquella inmensa mesa donde solían compartir tres personas los desayunos. Al dejar de escucharse los pasos de la menor, Lucifer baja su mirada al plato.
Está a medio comer. Suspira y lo empuja hacia adelante, recarga los brazos en la mesa para sobar su cabeza con fastidio. Ya nada será lo mismo. Sabiendo eso, se pone de pie, alejándose de ahí en silencio. Camina por los pasillos, donde pinturas de ellos tres le brindan recuerdos que jamás sucederán de nuevo. Entra a su oficina al llegar, camina entre todos los documentos hasta desplomarse en su silla. Con un largo jadeo, mira los papeles entre sus manos, revueltos, tareas políticas de la zona de los nacidos en el infierno, y muchos otros relacionados con el área de los pecadores.
Suelta un suspiro al ver la montaña de estos, no ha podido siquiera llenar la mitad, eran tareas que usualmente Lilith hacía, y en momentos partían las tareas. Un largo quejido sale de su garganta al tomar el primer papel. Se tira en la silla al leer, agonizando al no prestar atención en los asuntos de los papeles.
Bosteza del aburrimiento.
Y así pasa el tiempo, cambiando de posición de lectura, esta recostado en el escritorio fingiendo leer uno de los tantos documentos. De tres pilas de documentos de más de un metro, lleva apenas una. Agonizando, alza la mirada al reloj que cuenta los segundos, uno, dos, tres...
—¡Agh! —se levanta del escritorio, recostándose en la silla para estirar su espalda, al escucharla tronar, suelta un quejido de dolor. Quejándose por lo bajo, el toque en la puerta lo obliga a girar su cuerpo un poco. Bufa. Jalándose los parpados al soltar un largo jadeo, toma una larga bocanada de aire antes de permitirle el paso a la persona que toca—Adelante. —permite el acceso. Se gira a la puerta con su mejor rostro del momento y espera paciente a la persona que se asoma.
—Majestad, lamento interrumpirlo, pero tiene una junta con uno de los pecados, va a verificar el estado actual del círculo de la lujuria, con su majestad Asmodeus. En Ozzie's. —Expresa el mayordomo con calma, soltando un respiro que remueve su bigote. Entonces, mientras Lucifer agoniza internamente, ve como el mayordomo saca un largo rollo que toca el suelo—¿Desea que le recuerde sus siguientes juntas?
