∘ 𝘏𝘈𝘡𝘉𝘐𝘕 𝘏𝘖𝘛𝘌𝘓 一 𝐖𝐢𝐧𝐠𝐥𝐞𝐬𝐬 𝐀𝐧𝐠𝐞𝐥
''Lo queríamos los dos, pero ninguno preguntó. Por lo que supusimos que la respuesta era "no". Y así fue como otro "si", en silencio se quedó.''
- Farid Dieck
𝐋 𝐔 𝐂 𝐈 𝐅 𝐄 𝐑 𝐌 �...
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—Sabes —cepillas tu cabello al mirar el vacío blanco de nubes frente a ti—, antes de que padre me diera vida, yo estaba en un eterno silencio, disfrutando de nada más que la nada. Abrí los ojos un día y... mi vida comenzó. Mi vida fue planeada meticulosamente antes de siquiera tenerla. —Suspiras, meneando los pies en el aire—Padre me dio un nombre antes de siquiera haber pensado de mi creación. Soy su hija perfecta, su única hija en cierto modo. —Dejas de cepillar tu cabello para mirar al frente—Jamás tuve la oportunidad de pensar en mí, no tuve la oportunidad de soñar. —Mirando el cielo desde la cima de aquel hermoso prado de nubes blancas, miras tus pies, viendo los tatuajes dorados con los que naciste.
—Debe ser duro —habla la persona a tu lado—, tener la mente en blanco. —Columpiando los pies, sus ojos se fijan en el mismo mar de nubes que los tuyos—Cuando padre decidió tener un siguiente hijo, decidió nombrarlo debido a su imaginación, a sus sueños e ideas. ''Lucero del alba'', Luzbel. Mi nombre imaginario. —Extiende una de sus manos al cielo, sintiendo como una de las nubes que cruzan sobre ellos toque sus dedos, humedeciendo estos con su suave tacto—Sin imaginación, el mundo estaría estancado.
—Debe ser divertido, poder tener tu imaginación. —Sonríes de lado al contrario—A diferencia de ti, mi nacimiento fue solo para ser, el eco de dios. —bajas tu mirada, encontrando una eterna caída.
El viento es el único sonido que se escucha por momentos. Un silencio reina hasta que el sonido de la ropa moviéndose del angel contrario llama tu atención. Giras a verlo, se había puesto de pie y estiraba su cuerpo como si estuviera por hacer una acrobacia. Ladeas la cabeza curiosa.
Lo vez retroceder unos pasos hasta que se detiene.
—Podemos cambiar eso. —Corriendo al borde, apenas toca este, salta al vacío. Ríe al hacerlo, hundiéndose entre las nubes, no vuelve a salir.
—¡Luzbel! —Sorprendida por aquello. Te asomas al eje con los ojos muy abiertos, solo encuentras nubes. Gritas nuevamente su nombre, sabiendo que su intención es ir a las puertas, ver otros mundos y sacar ideas de ellos, gruñes por lo bajo. No quieres romper tu juramento, juraste no volver a romper las reglas, pero él es tan persuasivo. Ya de pie, te acercas al borde, asomas tu cabeza sin saber que hacer. Pateas el aire enfadada. Das saltitos de nerviosismo, sin saber que hacer, de a poco te acercas al borde, dejas tus pies en este antes de saltar en la misma dirección.
El viento turbulento sacude tu cabello, entrecierras los ojos al caer. En un momento, extiendes tus alas, quedando inmersa en un mar de nubes con un cielo azul que las cubre alrededor. Miras a todos lados en el cielo, encontrando solo vapor condensado. Una tercera vez llamas al arcángel que no muestra señales de vida. Al menos fue así hasta escuchar unas risas sobre ti.
Alzas la mirada, encontrando una cabellera rubia con un par de diamantes. El angel sonríe al verte ahí, buscándolo.
—Creí que me abandonarías. —Se burla para colocarse frente a ti, cara a cara, toma tu mano, sonriendo con los dientes, entrecierra los ojos—Si te preocupo. —Ruedas los ojos a eso, riendo un poco a sus palabras. Al escuchar tu risa melodiosa, su sonrisa se ensancha, sin perder más, jala tu cuerpo hacia abajo en aquella misma caída libre.
