𝟎𝟏𝟒 | 𝐇𝐚𝐭𝐞𝐝 𝐛𝐲 𝐬𝐨𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞

474 59 11
                                    




''𝐈𝐭'𝐬 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐟𝐚𝐮𝐥𝐭''

Suelta un suspiro ahogado al recargarse sobre el escritorio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Suelta un suspiro ahogado al recargarse sobre el escritorio. El papeleo jamás termina. Mucho menos ahora que fue el exterminio. El quinto exterminio desde que su esposa se fue, dejándolos a él y su hija. Aún no lo supera, sigue soliendo, mucho más cuando el sucedo lo alejo de Charlotte. Solo, no podía verla a los ojos sin romper en llanto por todo lo que ha estado pasando por su cabeza. Se distanciaron y ella ahora está... lejos.

—¡Ah! —golpea su cabeza contra la mesa al ver llegar una carta dorada desde su ventana. Esta se abre frente a él. Agoniza antes de alzar la cabeza, parpadea agobiado. Reconociera la letra en cualquier lugar. Agobiado, toma una pluma y leyendo un poco firma la carta que desaparece de la misma forma que apareció. No deseando asistir a la junta semanal con el cielo. Digamos que la persona que asiste a la junta no es alguien de gran carácter y educación. Preferiría encarar a sus hermanos, algún arcángel, o incluso la serafín superior, incluso encaraste. Pero no, tiene que ser el primer hombre, quien nunca se calla. Estresad por eso, jala sus parpados, suelta un quejido largo para chillar en silencio—Agh, no quiero~ —gime agonizante. No tiene de otra. Su esposa era quien solía ir a aquellas reuniones la semana siguiente al exterminio, pero desde que se fue, no ha tenido de otra que asistir él. Paralela y resignado se pone de pie.

Era un día como cualquier otro, catastrófico, lleno de muerte y personas cuya salvación parece un mero chiste. Como siempre que pasa por las calles, las personas escapan aterrorizadas. No es sorpresa, su porte serio no es uno para jugar, su rostro enojado oculta su carácter infantil. Permite que le teman y no lo vean como un chiste. Es el rey del lugar donde personas horrendas se pudren en eternidad por una razon. Al subir por las escaleras que lo dirigen a la torre angelical, entra sin tocar.

Como siempre, el lugar es tan similar a los pasillos del cielo que asusta. Malos recuerdos regresan a su mente. Risas lejanas, él volando por los pasillos siendo perseguido por sus hermanos, Miguel siempre el más enojado. Cuido de él como pudo, y cuando lo perdió, fue un golpe duro. Sabe que su hermano lo odia, no pudiendo decir que el sentimiento es recíproco. Lo echa de menos.

Sus regaños, quejas, advertencias, incluso su simple voz, su presencia. Tan calmante, tranquila que relaja la marea de su mente con solo recordar cuando se estaba a su lado en silencio y permanencia ahí hasta que se desahogada. Quizás Lucifer fue el favorito de dios por demasiado tiempo, dejando de lado a sus demás hijos. Pero Miguel jamás le tuvo rencor, jamás lo odio por el evidente favoritismo de su padre hacia él.

Jamás demostró alguna clase de rencor hasta ese día.

Toca la campana de servicio en el centro del salón. Mira el reloj en la pared, oh, aún faltan veinte minutos. Seguro la prisa lo hizo olvidar el tiempo por completo, y el poco tráfico de personas es una gran ventaja.

Impaciente, regresa su mente a los recuerdos. Su hermano Rafael, siempre tranquilo, amable y sonriente. El segundo que lo seguía en las bromas hacia su hermano Miguel, y siempre quien excusaba sus acciones, apaciguando el ambiente entre ambos gemelos. Protegiéndolo de Miguel, e incluso en ocasiones de ti.

𝐖𝐈𝐍𝐆𝐋𝐄𝐒𝐒 𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 | Lucifer MorningstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora