𝐖𝐈𝐍𝐆𝐋𝐄𝐒𝐒 𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 | Lucifer Morningstar

𝟎𝟏𝟐 | 𝐁𝐮𝐫𝐧

''𝐁𝐮𝐫𝐧𝐢𝐧𝐠 𝐟𝐞𝐞𝐥𝐢𝐧𝐠𝐬''

—Los exterminios han aumentado de número últimamente. —Se queja Lilith sentándose en el borde de la cama, se retira los tacones, siguiendo con el vestido. Dándole la espalda a su marido, sigue hablando—Debo suponer que no te importa. —Ya es de noche, un momento pacífico donde, ciertamente, ninguno quiere pelear luego de las constantes disecciones de días anteriores.

—Me importa que tú estás involucrando a Charlotte con tus sueños imposibles. —Lilith rueda los ojos y se recuesta entre las sabanas, cubriendo así su cuerpo hasta el pecho. Lucifer se sienta en el borde y permanece ahí. No tiene sueño.

—Charlotte, siguió mis pasos porque ella quiso. —Ante el silencio del ajeno, suspira. Extiende una de sus manos y pasa su dedo de forma suave por la espalda de su marido. Pasa sus dedos por tosa la línea media que tiene su espalda. Bajando por el hueso de la columna cubierto con la tela del saco ajeno hasta terminar en la zona baja. Donde vuelve a subir y tocar el cuello ajeno—¿Por qué no dejamos las peleas para después? —gatea a Lucifer y lo abraza por la espalda, pegando su cuerpo desnudo a él.

Al sentir los brazos de su cónyuge, abrazarlo por detrás, su ceño se suaviza al sentir como ella recarga su cabeza en su hombro, besando su mejilla. Sin poder mediar palabra, se deja llevar por la respiración que choca con su cuerpo. Tan tranquilo, y el tacto de su esposa tomando sus manos para entrelazar sus dedos lo hacen sonreír.

—Amor, hay que pasar la noche juntos. —La escucha murmurar.

Toman su rostro con gentileza y lo hacen voltear a verla. Sus manos se deslizaron por el cuello de Lucifer. Apretando suavemente su garganta con los pulgares, echo la cabeza hacia atrás. Sintiendo la presión repentina de sus labios contra los de él, con tal fuerza que impidió salir lo que fuera que estuviera a punto de decir. Sus manos bajaron hasta sus hombros, rozaron sus brazos y se posaron en mi región sensible. Ligeros escalofríos de pánico y placer recorrieron el cuerpo de Lucifer. Descolocado, solo se deja llevar por el momento.

A estado estresado esas últimas semanas, y quizás el dejarse llevar por una vez con un momento íntimo con su esposa no estaría mal. No es el único que ha estado con la cabeza constantemente siendo llena de deberes y preocupaciones por los días futuros. El dejarse llevar le permite aceptar el beso.

En medio del momento, comienza a desabrochar su camisa, expone su pecho y se tira encima de Lilith mientras lanza su saco y camisa lejos, siguiendo con el pantalón. Parecería que sus discusiones se dirigieron a la cama.

Sintiendo las uñas de su esposa, enterrarse en su espalda, gruñe por lo bajo al sentir como atraviesan la carne de su espalda y rasgan hasta sacar sangre. Pero no se detiene, sigue con su trabajo moviéndose de forma constante mientras da suaves besos al rostro de su mujer, la cual no puede evitar quejarse por el dolor que siente. Tal dolor disfrazado de placer al sentir como Lucifer hace tan buen trabajo.