𝟎𝟏𝟗 | 𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐬𝐨𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞

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''𝐅𝐚𝐥𝐥𝐞𝐧 𝐚𝐧𝐠𝐞𝐥''

Con suavidad, pasa el dorso de su dedo por la quemadura de tu rostro

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Con suavidad, pasa el dorso de su dedo por la quemadura de tu rostro. Esta es áspera, y se siente caliente, la única zona cálida de tu cuerpo. No está curando, sigue como cuando se formó, roja y brillante, carcomiendo la piel de tu cuerpo. Estás muerta. Aquel pequeño latido que Adán escucho fue una simple paranoia de como lentamente tu corazón dejo de latir hasta detenerse por completo. Tu piel palidece, casi tan blanca como un velo de novia, tus ojos cerrados jamás se vuelven a abrir.

El suave toque en tu mejilla se aleja, y aquella persona que antes tocaba tu mejilla se aleja levemente para mirar que otra cosa está mal. Tu ala, casi arrancada por completo, colgando por el hueso. Algunas plumas arrancadas. Todo es un espectáculo.

—Mi querida rosa. —Agachándose para rozar tu mejilla con sus labios, toca tu frente con su mano, dejando un suave toque sobre ella—Despierta.

Abres los ojos de golpe, respirando nuevamente con esfuerzo hasta caer en el suelo nuevamente. Un intenso dolor en todo el cuerpo te rodea, habías despertado de la muerte, con un inigualable dolor en el cuerpo. El agua de tu alrededor se sacude al chocar bruscamente contra ella. Chillas cuando el dolor de tu espalda surge. Recuestas de lado tu cuerpo para tomar tu hombro con dolor, sintiendo como si jalaran tu columna, sudando frío. tiemblas al sentarte de lado. Tal es el dolor, que rasgas tu hombro para calmarlo.

Al calmar tu respiración, levantas la mirada, fijando tus ojos en aquel que te dio la vida por segunda vez. Alarmada, agachas la cabeza en una reverencia, tus ojos entonces se llenan de lágrimas. Temblando, sientes como si tu cuerpo ardiera por dentro, las quemaduras exteriores se pasaron al interior de forma hipotética. Tienes miedo de lo que pueda pasar.

—Bienvenida de nuevo —aterrorizada, lo ves frente a ti—, Eco.

[...]

Mirabas el fondo del abismo, hasta donde puedes ver, no hay fondo, es tan profundo que no puedes ver el tope. Pero sabes que dentro de ahí, se encuentra lo que te maldijo todos esos años. Aquella masa negra que se introdujo en tu cuerpo y consejo tu sueño, emociones y demás. Temes a lo que sea se encuentre en el final. Temerosa, retrocedes de su alcance, alegándote del borde con pasos torpes por el dolor constante en tu cuerpo. Quedas a un lado de padre, quien mira en dirección al abismo.

—¿Qué hacemos aquí? —era dentro de una de las puertas. La centrar y la que lleva a aquel lugar. Un valle desolado, montañoso donde la cima de la montaña es desde donde se aprecia mejor la caída.

—A que aprendas tu lección. —retrocedes un paso al verlo acercarse. Aferrada a las reglas, piensas en seguir avanzando, salir de ahí, huir—¿Recuerdas cuál fue la tarea que te encomendé? Segunda vez que la pido, seguro sabes de qué estoy hablando. —mueves de arriba a abajo la cabeza en un movimiento lento que pareció no convencer del todo a padre—Dime, querida rosa, ¿cuál fue la tarea que te ordene ejecutar? —arrugas las cejas.

𝐖𝐈𝐍𝐆𝐋𝐄𝐒𝐒 𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 | Lucifer MorningstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora