𝐖𝐈𝐍𝐆𝐋𝐄𝐒𝐒 𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 | Lucifer Morningstar

𝟎𝟐𝟑 | 𝐅𝐚𝐥𝐥𝐞𝐧

''𝐒𝐡𝐞'𝐬 𝐠𝐨𝐧𝐞''

—¿Hm...? —lentamente, su visión se aclaró, mostrando frente suyo a Charlotte con el cabello designado, los ojos asustados y un bozal que le impide hablar. Pero lo más visible, su cuerpo atado a una de las sillas de la mansión en la cual habitaban hace años juntos, junto a Lilith. Desconcertado, intento soltarse, fracasando cuando sintió la cuerda apretarse más a su alrededor—Cuerda bendita. —murmuro. Nada, ni siquiera un angel puede romperla. Solo el dueño—¿Qué esta pasando? —pregunto a la nada.

—Como todos aquí, estamos en blanco. —susurro Adán del otro lado de la inmensa mesa, igualmente atado. Sus alas doradas caídas a sus costados. Su rostro estaba descubierto, mientras que su máscara dejada cuidadosamente recargada en la mesa—Buenos días bella durmiente. Ya te estabas tardando.

—Cállate hadita. —renegó Lucifer.

—Cállense los dos. —Miguel renegó, sentado a un lado de su hermano, a su izquierda, mientras que Charlie estaba a la derecha. Como su mano derecha—Parece que la más habladora fue silenciada. —noto cuando vio a la chica con el bozal.

—¿Qué paso con Eco? —pregunto Lucifer, aquello que todos se estaban preguntando.

—Fue ella quien nos atacó. —Miguel menciono sin más que perder. En esos momentos, el lugar completamente a oscuras, las cortinas de un lado cerradas, impidiendo saber si era de día o de noche, siquiera la hora—Parece que perdió la cabeza. —negó decaído.

—Pienso lo mismo. —asomándose desde detras de él, la dichosa apareció. Sonriendo con diversión de verlos ahí, saludaste—buenos días dormilones. —dejaste encima de la mesa un plato con postres—¿Gustan? —sonreíste, tomando uno de estos para acercarlo a la boca de Charlie al otro lado de la mesa. Cuando ella se alejó, aterrada, solo pudiste ponerte seria—Que mal educada princesa. —alejas el pequeño pastel, dejándolo con los demás.

—¿A que viene todo esto? —Miguel pregunto entonces, recibiendo que silenciadas sus quejas con su única mano.

—¿Como que a que? Miguel es una fiesta. —sentada a su lado, tomas un cuchillo filoso de sobre una de las tantas comidas sobre la mesa, jugando con el—Estamos celebrando el día donde me condenaron. —miras entonces a Lucifer, quien aparto la mirada—Justo por eso, traje a más invitados, y todos ellos traen regalos. —miraste a la princesa—De hecho, son amigos tuyos. —ella palideció.

Paso un tiempo hasta que todos estuvieron presentes, traídos personalmente por ti. La mesa lentamente se llenó de personas: Padre, en forma de una biblia que colocaste en su lugar, Sr. Pentious, quien fue personalmente traído por ti desde el cielo, y por último, Lilith. A un lado de Adán, como su mano derecha.

—¿Lilith...? —Lucifer quiso llorar ahí mismo. Charlie por su lado no evito las lágrimas de ver a su madre ahí, sollozando ahogadamente. Ver a su exesposa ahí, le quebró el corazón. Luego de haberlos abandonado, aparece como si nada. ¿Dónde estuvo todos esos años que creyó estaba muerta?