Era domingo por la noche y el fin de semana había pasado sin más. Juanjo se había quedado la mayor parte del tiempo solo en el piso, pues Álvaro había aprovechado para irse de mini-escapada a Toledo con unos amigos de Sevilla y comentó que volvería el lunes.
Después de la cena con Martin y que este saliese huyendo Juanjo se había sentido muy culpable por incomodar al chico, pues era lo último que habría querido. Se había sentido tan a gusto con él que no pudo evitar dejarse fluir cómo habría hecho con cualquiera de sus amigos pero al ver su reacción pensó que quizás no estaban en el mismo punto y se lo había tomado a pecho.
Estuvo todo el sábado y parte del domingo intentando buscar una excusa para hablar con él y pedirle disculpas pero no tuvo el valor de hacerlo, pues cuando a la mañana siguiente le pasó el anuncio el vasco le contestó únicamente dándole like a su mensaje dándole a entender que no quería hablar con él. Así que pasó el resto del fin de semana tratando de mejorar sus habilidades con la guitarra para despejar su mente. Y lo mejor de todo es que había funcionado bastante bien, la música siempre le servía como terapia.
De repente la puerta del piso se abrió y Juanjo salió de su habitación para recibir a Bea con un abrazo.
—Por fin, no sabes lo aburrido que he estado.
—Ay amorch, pobrecito mío que lleva todo el finde solito.
Tras separarse Bea fue a su habitación a dejar la maleta y cambiarse de ropa y se reunió con su amigo en el salón. Estuvieron un par de minutos comentando cómo había ido la fiesta de cumpleaños de la madre de Bea hasta que esta se quedó mirando la pantalla de su teléfono pensativa tras saltarle una notificación.
—¿Qué pasa?
—Nada importante. El otro día cuando Ruslana y Martin subieron a Instagram el anuncio donde buscaban compañero de piso decidí hacerle captura y pasarlo por el grupo del conservatorio y me ha escrito una chica para que le pase el contacto de alguno porque está interesada.
—Ah pues genial, ¿no? ¿Cuál es el problema? — dijo Juanjo intentando no mostrar demasiado interés.
—Pues que no tengo el teléfono de ninguno de los dos, tendré que preguntarle a Álvaro por el de Martin y ya sabes que puede tardar en responder tres días —contestó la madrileña riendo.
Sin decir nada más Juanjo desbloqueó su móvil y le pasó el contacto de Martin, y se levantó a buscar el paquete de tabaco y salía a la terraza. Al ver lo que acaba de suceder Bea se quedó con la boca abierta mientras observaba a su amigo prácticamente huir de su lado para evitar las preguntas, pero para mala suerte de Juanjo su plan no funcionó y la chica lo siguió al patio.
—Oye no huyas.
—¿Qué dices Bea? No estoy huyendo a ningún sitio, solo quería fumarme un piti tranquilamente.
—Juanjo...Venga que nos conocemos —lo miró seriamente esperando que el maño le diese alguna explicación sobre su comportamiento, pero al no hacerlo siguió hablando—tienes el número de Martin, me lo pasas y luego sales corriendo a la terraza y se supone que debo fingir que no actúas raro. Además, el otro día cuando bajaron a la terraza Álvaro y yo te vimos demasiado callado, ¿te pasa algo con el chico?
Juanjo abrió los ojos como platos, no esperaba tener esta conversación. Además, ¿raro de qué? Si él había actuado como siempre, no daba crédito a lo que estaba escuchando.
—No entiendo Bea. No estaba raro, si estaba como siempre— ella le miró con cara de circunstancia— y no, antes de que te montes cualquier película en la cabeza, no me pasa nada malo con él y su número lo tengo porque coincidimos el viernes en el súper y como ninguno de los dos teníamos plan (porque alguien me dejó tirado) pues cenamos juntos, pero sin más. Le ayudé a hacer el cartel y necesitaba su teléfono para pasárselo.
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Dale Miénteme - Juantin
FanficMartin ha sido aceptado en una de las escuelas de Arte Dramático más importantes con lo cual debe mudarse a Madrid donde deberá construir una vida desde cero en una ciudad que nade se le parece a su hogar. Deberá encontrar un equilibrio en buscar la...