CAPÍTULO 8

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Chiara

Una sensación indescifrable vuelve a cubrir cada parte de mi ser; vale, estoy despierta. No obstante, opté por permanecer un rato más con los ojos cerrados, pues necesitaba un par de minutos para concienciarme de ello.

<me pesa la vida>

Ojalá mi encrucijada mental fuera a raíz del trabajo, mi pasión; por una pelea con Ruslana dónde no tardaríamos ni cuatro días en solucionarlo o una discusión con mi novia.

<mi novia>

Sentía culpabilidad nada más recalcar esa palabra, pues desde hace tres semanas no he podido sacarme unos ojos café de la memoria, su cabello pelirrojo y esos labios, esos que ansié besar. Estuve a punto, joder.

Cada día iba en aumento la necesidad de volver a verla, pero al mismo tiempo deseaba no encontrarla jamás. Ha descuadrado todo lo que creía consolidado en mi vida y sigo preguntándome la razón de tanto embobamiento con ella, pues, no es por ser egocéntrica, pero he visto a chicas muy guapas y se ha quedado así, algo espontáneo del momento. Sin embargo, la imagen de Violeta lleva martillando mi mente desde que la vi aparecer y sigo siendo incapaz de borrarla.

En cuarenta y ocho horas hago oficialmente cuatro años con el amor de mi vida, la persona que más feliz me ha hecho. Me supo entender desde el principio, siempre con su apoyo e impulso para saltar al vacío con una ciega confianza, aguantando lo que no le correspondía, y todo porque me quería, porque me quiere. Puede que no me haya dejado llevar con Violeta, pero lo deseaba y no ocurrió por la intromisión de Ruslana, sino, ahora mismo estaría soltera o viviendo en una mentira.

Noté cómo un cuerpo se movió junto a mí en el colchón.

<se está levantando>

Estos días me he sobreexplotado de trabajo para no pensar tanto, necesitaba la mente ocupada en cosas que mereciese la pena. Llegados a este punto había conseguido escribir cómo cinco canciones independientes del EP en curso, aunque a este paso iba a ser un álbum.

- Cariño, ¿estás despierta?

Su voz llegó con suavidad y no tardó en ser acompañada con una delicada caricia.

- Sí, pero no quiero.

- Ayer llegaste muy tarde del estudio, tienes que tomártelo con más calma.

- Cuando estoy inspirada no puedo frenar, lo sabes.

- Lo sé - me dio la razón - Pero que yo sepa, también tienes una novia esperándote, que quiere pasar tiempo contigo.

Abrí los ojos con lentitud topándome con una mirada cariñosa. No estaba enfadada, mas sus palabras eran serias.

- Perdón - murmuré.

- No te preocupes, cielo - se abalanzó encima de mí transmitiendo su calor corporal.

<no es la misma calidez>

Me cago en todo, si la llego a besar hubiese acabado en el hospital. Es imposible que con tan poco acercamiento me haya desestabilizado así.

- ¿A qué hora llegaste? - preguntó dando un dulce beso en el hueco de mi cuello.

Ese gesto me hizo recordar el abrazo que le robé a la pelirroja. Su respiración chocando contra ese mismo lugar me elevó a lo más alto, un vértigo que me revolvió el estómago hasta la profundidad de mi ser. 

Las chispas preparadas para electrocutarme y las llamas a punto de fusionarse.

¿Por qué ahora no tenía esa sensación?

Todo lo que veo || Chiara y VioletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora