CAPÍTULO 17

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Violeta

Esquivo árboles caminando lo más rápido que las piernas me permiten para escapar de la escena. Reconocí su voz al escuchar el grito, mis sentidos se alarmaron por el miedo a que algo le hubiese podido ocurrir y de forma inconsciente me dirigí hacia la procedencia de este. Lo último que me esperaba era verla arrinconada entre un tronco y su exnovia, aunque ahora no sé si sigue manteniendo esta denominación. Ambas se encontraban muy juntas y ese nivel de cercanía solo lo puedes conseguir si has besado a alguien o estás a punto de hacerlo.

Mil teorías conducen desenfrenadas por mi cerebro y el cúmulo de preguntas sin respuesta está aportando cada vez un peso mayor.

Sé que no tenemos exclusividad, por lo que tampoco puedo reclamarle nada. Sin embargo, no voy a obviar la emoción que ha abarcado mi cuerpo cuando hemos hecho contacto visual y es que pillarla en esa tesitura con Raquel me ha descolocado. Supuestamente la dejó porque quería hacer las cosas bien, pero muy en el fondo me reconfortaba creer que en parte fue por mí, porque sentía la necesidad de besarme y hacerlo con pareja no era una opción válida. Ahora no sé cuál de estas es la correcta porque después de nuestros acercamientos, la cita y estas dos semanas de mensajes y llamadas, creía que deseaba seguir, que no pensaba en Raquel. Parece que me equivocaba.

Lo peor es que tengo que invertir un esfuerzo bastante grande para tener en cuenta la posibilidad de que a Chiara le interese regresar con ella porque la conozco, experimentamos una conexión que no todo el mundo tiene la suerte de poseer junto a otra persona, por eso, me es tremendamente difícil validar esa posibilidad. En ningún momento he percibido su interés hacia la rubia, ni siquiera cuando todavía eran pareja, así que no comprendo nada.

Niego para mí misma tratando de avanzar con firmeza, si piso mal y caigo, con mi suerte me abriría la cabeza.

<¿te buscaría si eso pasase?>

No lo haría nadie y me molesta, lo hace porque siempre tengo que ser yo la que dé, sienta y se preocupe más. Nunca termino de ser suficiente en ningún aspecto.

Lo que se ha clavado en mi corazón como una espinita no ha sido el hecho de pillarlas casi besándose, sino el hecho de que tenía muchas ganas de hablar con ella, reírme con sus chistes malos, abrazarla; me apetecía su compañía. A la vista está que solo era un deseo por mi parte y eso es exactamente lo que me duele.

<ni siquiera ha venido detrás de mí>

Aprieto la mandíbula en un intento de reprimir el líquido salado que advierte salir. Es el primer día de acampada y ya me quiero ir.

- ¿Vio? - oigo la voz de Martin a lo lejos y alzo la vista, acabo de llegar a nuestra zona.

Este muestra confusión en su rostro y corre un mini sprint hasta alcanzarme.

- ¿Todo bien? - pregunta cuando se posiciona delante.

- Claro, ¿por aquí qué tal? - hablo con indiferencia.

- Ya están montadas las tiendas, sacadas las mesas y apilados los palos - me informa con orgullo - Hemos terminado de noche, pero el resultado ha merecido la pena.

- Guay.

Realizo el amago de pasar por su lado y me lo impide obstaculizando el camino.

- ¿Pasa algo? - enarco una ceja.

- Eso deberías decírmelo tú - se cruza de brazos.

- Estoy bien.

- Si no fuera porque tus ojitos dicen todo lo que tu boca no, te creería - me mira con tanta ternura que se me encoge el corazón - Ven.

Todo lo que veo || Chiara y VioletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora