CAPÍTULO 14 (PARTE 2)

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Chiara

Analizo la decoración y distribución del pisito, si este se reencarnara en una persona, sería ella. Mantiene colores claros que proporcionan amplitud, aunque de por sí lo parece y desde mi sitio puedo distinguir cuadros conectados con el panorama musical. Decido acercarme para observarlos mejor, son preciosos, cómo los vinilos que tiene en una estantería pegada a la pared acompañados de diversos libros, que por lo que distingo, vencen los de poesía.

- Al final la que me vas a robar eres tú.

Me volteo al escuchar su voz y contengo la respiración al verla.

Luce unos pantalones anchos oscuros con la cinturilla blanca, combinados con un top que deja a la vista parte de su abdomen. El maquillaje es simple y ha optado por coger unas gafas de sol, las cuales, tiene colocadas en la cabeza. Estas le apartan los mechones del pelo causando que se le acentúe más la mandíbula.

<dios>

- Estaba cotilleando - carraspeo tratando de disimular.

- Te parecerá bonito - dice irónica llegando a mi lado.

<que bien huele>

- Soy una chica curiosa - respondo encogiéndome de hombros .

Violeta sonríe y tengo que esforzarme por no besar el hoyuelo que le aparece en la mejilla. Es precioso, toda ella, y es que cuando el verde de mis ojos penetra el marrón de los suyos recibo el impacto, jamás unos colores se han complementado tan bien .

- Este es uno de mis favoritos - declara agarrando uno de los libros e inspeccionándolo con meticulosidad - El Romancero Gitano de Federico García Lorca.

- Es tu poeta favorito - afirmo y ella frunce el ceño.

- ¿Cómo lo sabes?

- Me lo dijiste la noche del sushi - bufo sonriendo, ese día pudimos besarnos y agradezco la aparición de Naiara, si no, ahora seguramente estaría en otro lugar.

- ¿Te acuerdas?

- Claro - contesto obvia - Soy un desastre, pero de lo importante siempre me acuerdo.

No soy consciente de la repercusión de tal frase hasta que observo como las cejas de la pelirroja se elevan en sorpresa, tratando de ocultar la satisfacción de mi confesión.

- Prefiero ignorar esa noche - decide pasar por alto mi comentario  - Acabamos un poco molestas.

- Lo solucionamos rápido.

- Tengo un mal recuerdo - por un instante niega como si se hubiera acordado de algo más y devuelve el libro a su hueco - Vámonos - culmina cogiendo las llaves.

Frunzo el ceño por el cambio repentino de actitud, pero no comento nada. Si insisto lo único que lograría es crear tensión entre ambas, así que prefiero esperar.

Del piso al coche no conversamos, tan solo compartimos alguna que otra mirada, pues su expresión corporal se halla rígida y parece que está enfrentándose a un debate mental. Me gustaría intervenir en este porque tengo la sensación de que me incluye, sin embargo, no puedo obligarla a que me lo cuente.

- ¿Te apetece algo en particular? - pregunto una vez que cierro la puerta del vehículo y miro el Spotify en la pantallita que conservo instalada - ¿Vio? - insisto dubitativa al no obtener una contestación.

La pelirroja se encuentra absorta y tengo que morderme la lengua para no preguntar la razón de su humor. No entiendo qué ha cambiado en cuestión de minutos, al entrar a su casa hemos estado como siempre y tras cambiarse de ropa también, pero en el momento que he mencionado el día de la entrevista parece que se ha evadido del mundo.

Todo lo que veo || Chiara y VioletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora