CAPÍTULO 21

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Violeta

Me retoco el maquillaje frente al espejo de mi habitación. He tardado más de lo normal, pero estoy desconcentrada hasta para esto.

Llevo tres días encerrada en mi piso y este sería el cuarto si no me hubiese comprometido con el dichoso evento. Es imposible que me apetezca menos asistir, de hecho, pensaba no hacerlo hasta que una mosca porculera llamada Denna me ha aporreado la puerta con ahínco.

- ¡Ya está la cena! - grita desde el comedor.

- ¡Me pongo los pendientes y voy!

En el momento que ponga un pie fuera de este cuarto me va a someter a un interrogatorio, ya que, pese a habernos preparado juntas no ha comentado nada ni tampoco me ha pedido explicaciones de mi pésima actitud. Sabe la razón, mas espera al momento idóneo para hablarlo.

<aunque no creo que sea ninguno>

Me pongo el último accesorio necesario para el conjunto analizándome una última vez. He optado por un vestido corto plateado palabra de honor, que se encuentra recubierto por una blazer negra ancha. En el cabello me he hecho ondulaciones, y esto, más el maquillaje y las gafas de sol granate que voy a llevar sería suficiente para impresionar. Puede que esté mal desde hace días, llorando por la impotencia de la situación y recordando viejos momentos que sin pretender he mezclado con el presente. Sin embargo, hoy voy a su evento, nos vamos a ver y el mundo se detendrá de nuevo para las dos, por lo que al menos pretendo aparentar que nuestra pelea no me afectó, que ella no me afecta.

<pareces un alma en pena desde que ocurrió>

He dicho que lo pretendo, no que lo vaya a conseguir.

La otra opción que puede darse es la completa ignorada. Si soy sincera me gustó su insistencia el primer día después de la pelea, pero la gloria no duró porque a partir del segundo sus mensajes dejaron de llegar al igual que las llamadas. No me extrañaría que hoy ni intente entablar conversación, y solo pensar tal cosa me estruja el corazón causándome unas ganas de llorar irrefrenables.

Jamás me he sentido tan mal por discutir con alguien, pero supongo que es normal, ella no es cualquiera. Chiara es la chica que me nubla el juicio, de una forma u otra consigue que mis ojos se centren en ella y me siento tan completa al hacerlo que es inviable que eso esté mal; es quién pone mis emociones al límite para inmiscuirlas en un debate interior y la que me hace pensar que valgo más de lo que yo nunca me he hecho valer.

Estamos montadas en una noria y no conseguimos que se quede parada arriba. Cuando parece que estamos bien surge otro problema que nos hace retroceder, que nos hace bajar de nuevo.

Y aún así lo único que deseo es estar acurrucadas tapadas por una manta e ignorar nuestras obligaciones, olvidar que existe algo más allá que nosotras.

<ojalá ella lo desee también>

- ¿Has sacado tus dotes de cocinera? - me burlo al llegar a la mesa y ver un sándwich.

- Estás increíble - ignora mi comentario mirándome de arriba a abajo - Me sé de una que se va a caer de culo al verte.

Trago saliva y tomo asiento a su lado un poco inquieta, no esperaba que me sacara el tema ya en la primera frase.

- Quizás - fuerzo una sonrisa y le doy un mordisco a la cena.

Mientras como, observo la televisión notando la suspicaz mirada de mi amiga, la cual cada vez se torna más curiosa. Si espera que saque el asunto la lleva clara, demasiado me va a costar huir de sus cuestiones como para que les dé comienzo yo.

Todo lo que veo || Chiara y VioletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora