CAPÍTULO 6 (PARTE 1)

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Chiara

Siento el fuego recubriendo cada centímetro de mi piel.

Me perdí en la pasión de su mirada. Violeta me observaba con los labios entreabiertos, su mandíbula delineada, cejas espesas y sus profundos ojos siendo potenciados por el maquillaje sutil que elaboró. Mechones del cabello pelirrojo descendían por sus mejillas. Era perfecta, jamás había visto tanta preciosidad en una persona. Podría estar mirándola horas y no me cansaría, bueno, admirándola.

Un denso suspiro brotó de su garganta erizándome la piel.

Es cómo si me hubieran hechizado, ahora mismo todo lo demás había desaparecido, sólo existíamos ella y yo.

Sin alejarse, posó su mano en mi muslo trazando cuidadosas caricias. Yo llevaba un rato con ese movimiento en su pierna, la transparencia de esa falda me estaba volviendo loca, fue irremediable.

- Entonces no estamos pensando lo mismo - murmuró con miedo de explotar el aura que se había creado a nuestro alrededor.

Su voz baja potenció el ardor.

- Créeme que sí.

<quiero besarla>

Violeta se humedeció los labios y los miré instintivamente logrando que las llamas se juntasen unas con otras potenciando un fuego mayor. Volví a sus ojos viendo el reflejo del deseo, cómo si mi gesto le hubiese solucionado las dudas.

Por inconsciencia ambas nos movimos un poquito más hacia delante. La distancia no la calculaba, pero a nuestras narices les faltaba un acercamiento más para rozarse y mi corazón iba a explotar.

Lo iba a tirar todo por la borda, quería sentir la calidez de sus labios sobre los míos, necesitaba experimentarla. Cada latido resonaba con más fuerza que el anterior y el vértigo surgió en mi interior revolviéndome el estómago. Nunca había tenido tantas ganas de besar a alguien, ese hormigueo era un descubrimiento para mí y desconocía el significado, pues yo he querido, joder, yo quiero.

- Chicas, ¿habéis disfrutado de la cena?

Me aparté veloz de Violeta, aunque a esta le costó un poco más volver a su posición inicial.

Naiara se encontraba recostada en la pared tras entrar cómo un remolino de alfileres, explotando la burbuja en la que nos hallábamos encerradas.

La pelinegra tenía el ceño levemente fruncido.

<¿habrá visto algo?>

No ha pasado nada, no ha podido ver nada.

<si no hubiese entrado, habría ocurrido>

Expulso ese pensamiento lejos y agradezco la presencia de Naiara. Cómo he podido estar a punto de besar a otra persona, desde luego estoy confundiendo emociones.

- ¿Kiks todo bien? - insistió la de tatuajes ante nuestro silencio.

- Nunca decepcionas, Nai - le sonreí aparentando calma - Para terminar el día no he podido escoger mejor plan.

- Me alegra escuchar eso - posó sus ojos en la pelirroja, quien se había levantado apoyándose en la mesa - ¿Y tú lo apruebas, Violeta? - mencionó su nombre con lentitud mirándome de soslayo.

Mierda, lo había visto.

- Todo riquísimo - carraspeó todavía un pelín aturdida.

- Fenomenal - Naiara se frotó las manos - Estamos a punto de cerrar, por eso venía a cerciorarme de que estuvieseis conformes con el servicio y avisaros del tiempo.

Todo lo que veo || Chiara y VioletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora