CAPÍTULO 14 (PARTE 1)

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Chiara

El olor a café recién hecho inunda mis fosas nasales e inspiro con lentitud para impregnarme de él, probablemente es uno de mis favoritos a pesar de que la bebida no me entusiasme.

<pronto van a aparecer>

Obedezco a mi subconsciente, por lo que ocupo la bandeja con varias tostadas acompañadas de mermelada, mantequilla y embutido para que tengan diversas opciones. Además, también he cocinado tortitas acompañadas de sirope.

- Qué bien huele, por favor.

Sonrío al escuchar la voz, siempre tengo razón.

- ¿Nos has hecho el desayuno? - pregunta mi otro amigo desperezándose.

- Claro - afirmo abrazando a Rus a la vez que le doy un beso en la cabeza - No sabía qué os apetecería, así que hay un poco de todo.

- ¿No has incendiado el piso? - frunce el ceño la pelirroja - Estás evolucionando, Kiki.

Le saco la lengua mientras repito mi gesto con Martin.

- ¿Te he dicho ya que te quiero? - prosigue el chico y le revuelvo el pelo.

- Sentaos, también he hecho café.

- Mínimo necesito tres tazas.

- No me extraña.

Mis amigos atienden las indicaciones a la vez que les sirvo el líquido y me coloco junto a ellos. Sus rostros muestran cansancio y me parte el alma no poder regalarles la cura que requieren, en estos casos no existe ninguna que valga.

El dolor que vi reflejado en los ojos de Martin la noche anterior me provocó ganas de llorar, ver a personas tan puras esclavas de su propio sufrimiento, sin compartirlo con nadie por miedo a que minimicen sus emociones, es una de las peores sensaciones que he podido experimentar. Se merece el bien que no posee, lo tuvo en sus manos y se lo arrebataron porque por desgracia no dependía de él. Nunca se me olvidará aquel día en el que apareció en este mismo apartamento preso del temblor, sin control de lágrimas, falto de aire y con una ansiedad asfixiante. Elevó sus barreras y no permitió volver dejarse ver así, aunque soy consciente de que ha ocurrido en más ocasiones porque estoy segura de sus sentimientos por el maño, a pesar de los errores, conflictos y discusiones; es el amor de su vida, jamás ha dejado de serlo. Cree que no nos percatamos de ello, pero simplemente queríamos evitar el tema para no ejercer más daño, lo considerábamos innecesario.

Violeta acertó con sus palabras, pues Martin continúa enamorado de Juanjo; la diferencia es que antes estaba completo con ese amor, ahora lo soporta con el corazón roto.

Ruslana en este sentido siempre ha sido más complicada, antes de Omar tan sólo ha tenido algún que otro lío sin importancia. Yo perdí la esperanza de que terminase queriendo a alguien hablando en términos amorosos, pues tras conversar y quedar con tantas personas para permanecer absolutamente igual una vez finalizado ese proceso, es de admirar. Lo concibo cómo un problema que se ha evitado durante toda la vida, los dramas por alguien externo. 

Cuando llamaron a la puerta poco después de la marcha de Violeta y la vi quieta con una expresión rígida, el humor absorbido por la energía exterior y una fuerza fingida, supe que se derrumbaría. Lo hizo, se lanzó a mi cuerpo resguardándose entre mis brazos cómo mil veces he hecho yo en los suyos y sentí la necesidad de protegerla en sobremanera porque no conseguía descubrir el mal que le nublaba.

Observar rota a una persona que te importa, a la que confiarías tu vida y quieres tanto que quema, es un daño también para ti. Ojalá pudiera canalizar el humo negro que les atormenta, tenderles la solución cómo si de una pastilla se tratase para que simplemente desaparecieran esas nubes. Sin embargo, el dolor es parte de nosotros, las cosas duelen y aunque parezca contradictorio eso es bueno, significa que estamos vivos.

Todo lo que veo || Chiara y VioletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora