CAPÍTULO 13

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Violeta


Avanzo hacia el interior del apartamento una vez que la pelinegra abre con llave. Sujetar a Martin es cómo soportar un peso muerto, el chico apenas puede mantenerse y tengo que agarrarlo con fuerza para que no se desplome en el suelo.

- Kiki - musita con costoso esfuerzo.

Escucho el click de la puerta indicando que ya ha cerrado y un escalofrío me estremece cuando Chiara roza sus dedos por mi cintura para colocarse frente a nosotros.

- Dime - responde en el mismo tono, acariciando con delicadeza el rostro de su amigo - ¿Te encuentras bien?

- Estoy muy mareado.

- Normal, has bebido mucho.

- Sólo han sido dos copitas - balbucea.

- Ya - niega reprimiendo una sonrisa - Vamos a llevarlo a una de las habitaciones - prosigue centrándose en mí y asiento.

Volvemos a la posición inicial, dónde la ayuda de Chiara para sostener a Martin es un completo alivio. Recorremos por lo que puedo identificar el salón y nos adentramos en un pasillo enfocándonos directamente en una de las puertas.

- Con cuidado - murmura entrando al cuarto.

- Dejémoslo en la cama - indico.

El vasco se deja manejar por nosotras y conseguimos con éxito nuestro objetivo.

Chiara comienza a desabrocharle los cordones de uno de los zapatos y yo la imito con el contrario.

- Kiki - susurra el chico.

- ¿Qué?

- Juanjo es un idiota - declara con la lengua pesada - Se merece todo lo que le he dicho.

- Mañana hablamos sobre esto, intenta dormirte.

Le quitamos el calzado y nos centramos en su pantalón.

- ¿Qué pretendéis chicas? - pregunta con un toque de picardía.

- Te aseguro que nada.

- Lo sé - corrobora - Me acuerdo cuando un día salí del baño y me la viste. Te quedaste traumatizada.

- Eso no es cierto - suelta con falsa indignación y trato de ocultar una sonrisa mientras le bajamos por completo la prenda - Es que no me la esperaba así - sigue hablando a la vez que abre el armario para sacar la parte baja de un pijama.

- ¿Creías que tenía la polla más pequeña?

- ¡Martin! - exclama Chiara tapándose la cara con las manos - No me refería a eso.

Me rehúye la mirada y aunque la única luz presente es la que traspasa el cristal de la ventana, puedo detectar el rubor en sus mejillas.

- Juanjo se quedó flipando la primera vez que la vio, es que no lo aparento.

- Por favor, intenta dormirte - ignora el comentario.

- ¿Tú cómo piensas que la tengo, Violeta?

Ahora son mis mofletes los que cogen un tono rosado, pues no esperaba adentrarme en esta conversación.

- Martin, te lo ruego - dice Chiara - Duérmete.

- Shh - le manda a callar alargando de más el sonido - Me interesa la respuesta.

- No me he parado a pensarlo - hablo por primera vez en este rato.

- ¿Y ahora?

- Pues no lo sé.

Todo lo que veo || Chiara y VioletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora