CAPITULO 5

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***CAPITULO EDITADO***


Georgia


Apenas aparque Lee y David me esperaban sentados afuera del hospital al parecer cuando todo se calmó, decidieron que era buena idea llevarlo a la clínica y llamarme, baje del jeep para caminar directamente a mi hijo con el corazón latiéndome en los oídos, tenía el labio reventado y la nariz hecha añicos, apenas me vio me sonrió como pudo...

Esta vez ese maldito mocoso se pasó de la raya.

-Amor...- lo tome del rostro analizándolo-¿Qué demonios paso? mi niño debiste llamarme, tu- y a los lejos sentia como las personas comenzaban a mirarnos

-Vámonos- Lee me extendió las manos para tomar las llaves sin darme oportunidad de decir nada más, sintiendo claramente un toque de pena ante mis lagrimas

-Vámonos mami- David siguió a su tío tomándome de la mano y yo quería partirme en mil pedazos de solo verlo

Mientras subía al auto pude ver en el camino a Frank, parecía que apenas venia al hospital, Lee solo toco la bocina saludándolo con la mano nuestras miradas se cruzaron, seguramente vio claramente como lloraba desconsolada en el asiento de copiloto, así como yo pude ver la rabia en su mirada. Pero no era momento para centrarme en ello, porque lo que pasaba aquí era más importante que nada.

-Debiste denunciarlos- fue lo primero que dijo Lee en cuanto estuvimos en marcha

-Sabes que lo hemos hecho- la voz me temblaba- he hecho todo lo posible....- mastique en voz baja sintiendo de nuevo esas abrazadoras ganas de llorar-

-Tío, Mamá no tuvo la culpa, sé que debo hacer oídos sordos, pero... algunas veces exploto-

-No David, esto no debe ser así, no puedes hacerte pequeño antes ellos, se supone que...que eres un Cox, y nosotros no nos hacemos pequeños ante nadie. ¡NADIE!- golpeo notablemente frustrado el volante.

Tanto David como yo nos quedamos en silencio, yo lo miraba por el retrovisor, mientras se encogía de hombros intentando no llorar, como si eso fuera malo, como si tuviera que ocultar aquellos sentimientos.

Y yo solo presione mi rostro con ambas manos sollozando con el corazón hecho pedazos, sintiendo tanta rabia, tanta desesperación.

-No dejes que esos malditos de tus hermanastros te jodan la vida- y esa frase se me encajo en el medio del pecho dándome el tiro de gracia

-Ellos no son nada mío...-

-Tienes razón, lo lamento-

Cuando llegamos a casa mi madre recibió a David como héroe de guerra, hablamos un rato de lo que paso y entonces me sentí peor, aun así al final del día intente sonreír, fingir que todo estaría bien, y hacer que esa cena fuera un momento en el que David se sintiera seguro en su hogar... aunque por dentro de verdad necesitaba continuar llorando y lamentándome de todas mis jodidas malas decisiones.

Pero frente a mi lo que más amaba en la vida picaba su comida con una sonrisa forzada, intentando comer, intentando no molestar... no quería eso para él, mi David jamás debería de caminar con pies de plomo en ningún lado, jamás lo quise...

-Hola amor- me pare en el umbral de su habitación

-Hola- aparto su mirada de las hojas que tenía frente a él- creo que tengo unos cuantos deberes atrasados- sonrió

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