Frank
El siseo de la respiración de Georgia era apenas perceptible, estaba a mi lado hecha un nudo de piernas y manos como si tuviera miedo de que su propio cuerpo la abandonara, con ligereza pase mi brazo bajo su cabeza y la atraje a mi apretándola a mi pecho, deshaciendo cada nudo con cuidado, sintiendo su pierna entrelazarse con las mías y su brazo intentar rodear mi costado.
Bese su frente y juguetee con su cabello revuelto y pegado a su espalda. Estoaba seguro que afuera helaba, pero ahora mismo en esta habitación no existía más que calor.
La punzada de la culpa me vibraba en el pecho una y otra vez, la sensación de felicidad que me embargaba al mismo tiempo me estaba matando; no quería que fuera así, pero no pude evitarlo. Durante los años después de la muerte de Constan nada me tentó tanto, nunca desee a nadie, no así, no como a ella.
¿Estaría enfadada si supiera que quiero renunciar a todo y quedarme aquí?
Ese pensamiento me tomo por sorpresa, el cuerpo que hace un momento me daba paz me lleno de pánico, me puse de pie tan rápido como pude y me encerré en el baño aun desnudo. Temblaba, y sentia como me ahogaba... ¿Cómo pude pensar eso? ¿Cómo pude dejar atrás a Constan? Se suponía que era el amor de mi vida.
Ella murió y yo no fui capaz de hacer nada, de cuidarla, debí estar con ella y la perdí... ¿Cómo pude pensar que podría cuidar de Georgia? ¿Cómo fui capaz? Debería estar en casa, debería seguir buscando que los culpables pagaran.
¿Qué derecho tenía yo de ser feliz? ¿Cuál?
-Ven aquí...- Cuando abrí los ojos estaba en el suelo llorando-Siento mucho lo que sea que cargues, lo siento mucho de verdad...- como un niño me aferre a su costado, llorando como nunca lo hice, ella estaba ahí cubriéndonos a ambos con la sabana
Me abrazaba como si le doliera tanto como a mí, acariciaba mi frente con cuidado y podía sentir sus lágrimas en mi rostro... estaba hecho mierda y ella no escapo, fui indiferente con ella y se quedó, la hice sentir mal y aquí estaba.
Debió irse, debió dejarme con mi mierda... pero aquí estaba...
Volvimos a la cama, yo la seguí tomando su mano, ella me acurruco con su delicado cuerpo trazando formas en mi espalda relajándome lentamente, hasta perderme en la nada, hasta quedarme dormido...
Cuando abrí los ojos el sol aun no brillaba lo suficiente para saber qué hora era, me gire hasta el reloj y vi la hora, eran las seis de la mañana, busque rastros de Georgia entre mi cama pero no tenía más que su olor.
SE había ido, era lógico, quizá fue la lastima, quizá fue simple empatía, era lógico, claro que lo era... lo era. Me vestí con lo que encontré a mi paso sintiendo el golpe en mi pecho.
Y mientras me repetía una y otra vez que lo era, el olor a café me hizo bajar las escaleras a trompicones básicamente, estaba de pie en el pórtico, poniéndose sus botas de nieve del día anterior, con una larga trenza y una sudadera que me parecía bastante familiar.
-Lamento despertarte- me saludo desde la entrada sin pasar del todo- tengo que ir al rancho, Lee se fue con Herrete a la ciudad y necesito revisar que todo esté en orden con los peones-
Sin decir nada camine a ella para atraparla entre mis brazos
-Creí que te habías marchado-
-Pues eso intento- dijo enredando sus brazos en mi cuello- pero no por lo que tú piensas...- se apartó besando mi mejilla haciéndome reír- ¿Qué te parece si esta noche te preparo la cena?- la devolví al suelo
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Dicen En El Pueblo
RomantizmFrank ha vivido un evento que lo marco de por vida, y en su busca de paz llega a ese pequeño pueblo en colorado donde Georgia Cox le mostrara que aun tiene una oportunidad para vivir...