UNA BREVE HISTORIA DE AMOR
*ESTE ES EL CAPITULO MAS LARGO QUE ESCRIBI EN MI VIDA, PERO NO SE ME HACIA JUSTO PARTIRLO A LA MITAD, ASI QUE SOLO SAQUEN SUS PAÑUELOS POR FAVOR*
SALUDOS CORDIALES DELAROSS❤
Julieta siempre fue lo que fue, la princesa de papá, el sol de su familia, la persona más amada para todo aquel que le conocía. Jamás supo lo que eran las carencias o el trabajo duro, a diferencia de Georgia que tenía todo a costa de su propio sudor. No, con ella no era así porque Julieta tenía el mundo entero en sus manos.
Como cualquier chica de colorado creció con sueños de volar, quería ir a la universidad, salir de noche entre los bares, reír a carcajadas, bailar y volver a su pequeño departamento que seguramente compartiría con Georgia porque Henrrieta era demasiado pesada como para soportar vivir con ella. Esas eran sus ideas.
Y entre todo aquello que vivía en su mente tenia a Jaime... no le gustaba admitirlo, porque en su casa la educaron bastante "bien" pero la verdad era que desde que eran niños algo en ella cambio cuando lo conoció.
A sus padres nunca les agrado, él era hijo de un conocido ladrón de ganado, entro y salió tantas veces de prisión que nadie llevaba la cuenta, y eso creo en su vida una sombra que no debía tener, porque quien se encargó de guiar sus pasos fue su madre, su madre fue la persona más amable que Julieta jamás conoció, trabajo en el rancho Cox, cuando este era el "Gran rancho" del pueblo, pero un día simplemente lo dejo... tan solo tenía 14 años. Así que el padre de Georgia le permitió quedarse exactamente donde estaba.
El padre de Georgia solía decir que si lo dejaba ir terminaría podrido igual que su padre, eran manzanas del mismo árbol, pero no por ello los dejaría caer uno junto al otro, Cox sabía que él tendría un gran futuro.
Así terminaron creciendo juntos, Georgia, Jaime y Julieta.
Jaime por su parte conoció a muy corta edad lo que era perder. Siempre perdía. Perdió a su padre, a su madre y toda su vida. Nunca vio valor en su existencia, porque en realidad parecía no tenerlo.
Su madre solía decirle que era su luz en la oscuridad, cada uno de sus hermanos mayores siguieron los pasos de su padre, el mayor murió a manos de un dueño molesto al descubrir que le robaban lo que con tanto esfuerzo logro. Su hermana escapo apenas tuvo la edad suficiente, recordaba a su madre dando dinero a escondidas y besando su frente temblando. También recordaba la paliza que le dio su padre cuando se enteró que logró escapar.
Ella aun algunas veces solía llamar a Jaime, le enviaba un poco de dinero y pagaba su matrícula escolar... pero nada más. Jamás le apoyo como lo esperarías de alguien con la misma sangre. Por alguna razón Jaime se quedó. Y eso le dio el suficiente valor para escapar y refugiarse en la casa Cox.
De no haber sido por él quizá habría muerto desde antes, y la angustia de perderle ataría su alma a la tierra por siempre. Pero no fue así, porque ella se fue tan tranquila de ver en el la bondad que siempre soñó darle a sus tres hijos que a pesar de dejarle solo, sabía que saldría adelante.
Y así lo hizo.
Pero entre toda esta historia de superación, el cargaba en silencio el pecado de un secreto. Porque él amaba a Julieta. La amo desde que tenía 8 años y la vio correr con el cabello lleno de paja y las rodillas raspadas.
Le gustaba la manera en la que pronunciaba mal su nombre como si no viera el color de su piel y pudiera adivinar que en todo su cuerpo no tenía ni una pisca de gringo, le gustaba que cuando lo miraba su rostro se iluminaba con diminutos patrones de colores que parecían las luces del 4 de julio.
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Dicen En El Pueblo
RomanceFrank ha vivido un evento que lo marco de por vida, y en su busca de paz llega a ese pequeño pueblo en colorado donde Georgia Cox le mostrara que aun tiene una oportunidad para vivir...