Samuel
-La defensa llama a Georgia Sánchez al estrado-
"Georgia Sánchez" me puse de pie en automático al escuchar aquello
-Georgia Cox- Dije para mí mismo cuando mi abogada tiro de mi brazo para sentarme
Gire la vista por primera vez desde que esto empezó y lo vi, mirándome fijamente con ese semblante oscuro que me hizo temblar en el hospital, ese hombre se reía de mi por dentro, podía verlo, podía sentirlo.
Pero no me afectaba, no me afectaba tanto como ver a esa mujer en el estrado nombrar todo lo que paso en aquellos años, esa mujer era idéntica a quien yo me enamore, pero no lo era, no era ella, la manera tan decidida en la que hablaba su manera de sostenerme la mirada.
¿Dónde estaba su miedo? necesitaba ver el miedo en sus ojos, la desesperación, ese temblor en su voz que siempre aparecía cuando estaba cerca de ella.
Todo esto para mí era completamente irreal, la mínima posibilidad de estar aquí era nula, porque siempre tuve el poder sobre ella, sobre su existencia, cada paso que dio fue permitido por mi persona, todo, hasta que llego ese infeliz y puso sus ojos en ella.
Si Tommy fuera alguien listo seguramente continuaría bailando en mi mano, yo sabía perfectamente que jamás se atrevería a dar el paso con ella, se sentia tan culpable por todo lo que paso, y yo tuve el poder para meterlo en mi mierda tan profundamente que ahora mismo se ahogaba en ella. Pero él era igual de cobarde que yo.
Y entonces mientras veía caer una a una las pruebas con una sonrisa en los labios la segunda bala llego a mi pecho...
-Se solicita en el estrado a David Sánchez...-
-¡ES MI HIJO!- grite corriendo directamente hacia ese estúpido policía-¿QUIEN PERMITIO ESTO? ¿QUIEN?- gritaba mientras me sujetaban los oficiales
-¡Contrólese señor o pediré que lo retiren!-
-Es mi hijo, es mi puto hijo, ¿Cómo pudieron? ¿Quieres todo? Deseas todo lo mío maldito- me volví de nuevo hacia él pero me sostuvo por la camisa
-Ellos son MI esposa y MI hijo grábatelo- masco entre dientes mientras los policías me sujetaban
-Voy a pedir que lo esposen, no puedo permitir que siga atacando señor Thompson-
-Esa mujer fue mía, siempre ha sido mía, y mi hijo yo...-
-Cállate la puta boca- mi abogada tiro de mi- Señoría solicito un receso para que mi cliente pueda calmarse, como vera no tenía conocimiento de que le arrebataron a su primogénito, por ello se salió de control-
-Tengo 17 años, es legal que elija mi adopción si así lo requiero-
-Pequeño mal agradecido- masque entre dientes mirando su rostro lleno de gloria de orgullo, de orgullo por llamarse como ese estúpido
-Lo siento, pero debemos continuar- dijo la juez- además le recuerdo que toda amenaza dicha en esta corte puede y será usada en su contra- respire profundamente sentándome de nuevo
¿Cómo pude dejar que pasara todo esto? Ahora mi hijo estaba sentado atestiguando cuantas veces vio a su madre llegar golpeada, las veces que Lucke lo intimido, todo aquello que jamás escuche salir de su boca.
Ahora esa mujer era una puta santa... pero yo tenía algo que jamás tendría, dinero... y el dinero te daba un poder que nadie más en esta sala lograría.
Lo mire bajar, regresar al lado de ese infeliz, todo apuntaba a que sería procesado, un par de años, porque después de todo esas pruebas no eran nada sin un testigo de verdad y Jaime estaba muerto, el arma estaba extraviada y las personas que me vieron esa noche atestiguaron todas a que fui atacado por Louis sin razón.
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Dicen En El Pueblo
RomansaFrank ha vivido un evento que lo marco de por vida, y en su busca de paz llega a ese pequeño pueblo en colorado donde Georgia Cox le mostrara que aun tiene una oportunidad para vivir...