CAPITULO 24

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Georgia

*Días antes del accidente*

Ver a Samuel dirigirse a mí siempre era símbolo de terror. Apenas si lo vi cruzar la calle corrí como loca hasta la puerta de enfrente, pero si existía alguien en este mundo con las habilidades suficientes para dejarme por el suelo era él. Apenas si pude empujar cuando el uso todo su cuerpo para abrir la puerta arrastrándome con ella.

Conmigo se hacia el fuerte, el valiente, pero no recordaba haberlo visto así la última vez que nos topamos. Su sonrisa engreída nacía de lado a lado de su rostro, me miraba como quien se sabe ganador de un juego que yo desconocía.

-¿Qué quieres?- camine hacia atrás mirando mis cortinas bajas, arrepintiéndome de no haberlas levantado antes

-¿Dónde está?- se recargo en mi escritorio mirándome engreído- ¿Te dejo cierto?-

-No sé de qué hablas- sentia el corazón latiendo en mi garganta

-Tiene meses que no lo veo por aquí, eso es mucho tiempo, supongo que al igual que cualquier hombre que visite tu cama se da cuenta de lo jodida que estas-

-Bastardo, no tienes derecho a decirme nada, lárgate de aquí- mastique las palabras

-Sabes una cosa, en realidad hoy vine porque existe algo que en realidad me molesta, algo que me está picando el costado desde hacía algún tiempo- dio un par de pasos hacia mí y yo salte asustada rodeando su acercamiento

-No te me acerques- puse mi mano frente a él para intentar marcar la distancia, pero el solo la tomo para atraerme directo a su cuerpo- Si me tocas grito- tartamudee asustada

-¿Te acuestas con Tommy?-

-¿Qué cosa?- sus palabras no hicieron coherencia en mi

-Es sencillo, ¿En estos años has cogido con Tommy?-

-Tu maldita enfermedad conmigo está dañándote la coherencia, no tengo porque darte explicaciones-

-Solo responde- apretó mi muñeca doblándola hacia adentro y el dolor me hizo quejarme-

Apenas si pude intentar gritar, esto no estaba bien, estas preguntas estaban fuera de lugar, no tenían sentido, yo...

-¡SUELTALA O LLAMO A LA POLICIA!- la voz temblorosa de Henrrieta se escuchó en la entrada

Samuel la miro con una sonrisa en los labios mientras Henrrieta temblaba como una maraca en la entrada intentando que esta vez sus manos no me dejaran marcas.

-¿Quién te crees?- doblo mi mano aún más haciéndome arrodillarme en el suelo de dolor

-¡AYUDA!- grito soltando la puerta- ¡QUE ALGUIEN LLAME A LA POLICIA!-

El rostro de Samuel se encendió al instante, me miro en el suelo sollozando como siempre y el dolor de una patada me ahogo dejándome sin aire.

-¿Crees que esto va a borrar tu pasado?- la encaro mientras yo intentaba jalar aire- ¿Qué tiene todo el mundo queriendo remendar sus putas errores?- y antes de que pudiera si quiera tocarla la voz de mi hermano se hizo presente.

No sé exactamente que paso afuera, estaba intentando regresar el aire a mis pulmones, Henrrieta entro para ayudarme a levantarme y cuando mire la entrada Samuel discutía con Louis negándose a ir a la comisaria y mi hermano estaba siendo sujetado por David y Jaime.

-¡David!- llame a mi hijo en cuanto lo vi

-¿Mamá? ¿Estas bien? ¿Te hizo daño?- me reviso el rostro como si fuera él quien debiera cuidar de mí y no al contrario-

Dicen En El PuebloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora