CAPITULO 19

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Georgia



La manera de cerrar las heridas es curiosa.

Cuando David nació supe que todo en mi estaba mal, si antes de eso no quise ayuda, en ese momento necesitaba toda la que me pudieran brindar. Las cosas no fueron fáciles, entrar y salir de grupos de apoyo, un terapeuta tras otro, regresar a la universidad, cargar con David en algunas clases. Sentir que defraudaba a todo el mundo.

Retomar mi existencia lentamente paso a segundo plano, lo único mío con lo que me quede fue la danza, era la única parte de mí que se sentia viva. Porque fuera de ello mi cuerpo jamás volvió a ser el mismo.

Pasaron casi ocho años para volverme a acostar con alguien, y lo hice solamente para probar que podía volver a hacerlo. En esa temporada tuve mucho sexo con gente que nunca más volví a ver... y jamás sentí nada. Tenía 26 años solamente y mi cuerpo era frio como el hielo.

No importaba cuanto me gustara la persona, jamás concluía la acción. Ni si quiera con mis dedos... mi mente no daba para poderme ir en mi propia mano. Así que lentamente desistí de todo. Nadie sabía mi secreto y nadie tenía porque saberlo. Alguna vez mientras Tommy y yo estábamos un poco borrachos pensé en hacerlo con él... pero no tuve el valor de ir más lejos de un par de besos que al otro día olvido.

Así que con el tiempo deje mi cuerpo atrás y eso me hizo sentir un poco más feliz...

Hasta que llego Frank.

No sabía porque, no sabía cómo, pero todo en él me hacía arder, la manera en la que me miraba me hacía palpitar, su voz rasposa en mi cuello... su barba lijando mi mejilla, sus manos cubriendo mi cintura, tenía que luchar contra mi propia razón para no venirme apenas entraba en mí.

Se dice que somos la mitad de alguien más, que vagamos por el mundo incompletos, siempre creí que eso era una basura; que tonta, que tonta creer ahora que no era más que la pura verdad, porque si existía en el mundo una mitad para mí era este hombre.

-Te extrañe como un loco todo el día- me levanto del sofá donde lo esperaba para ponerme a horcajadas sobre él como si fuera una muñeca de trapo- ven aquí me congelo- escondió su rostro entre mi cuello mientras mis dedos le quitaban la camisa apresurados

-¿No quieres cenar?-

-Eso hago linda- apretó mis pechos sobre mi sudadera dibujando lentamente la forma en que mis pezones se marcaban en la tela

-Frank- dije entre un gemido y una súplica.

Hace un mes no pude imaginar que tendría todo lo que tengo, con alguien que sabe todo lo que soy, no, eso era casi imposible en mi esquema mental, pero aquí estaba, desnuda en la sala del jefe de policía mientras él y su lengua me hacían ver las estrellas.

No sé exactamente qué es lo que el sentia por mí, porque entre tanto caos, al final terminamos dejándonos llevar, y nuestros cuerpos siempre nos llevaban al mismo lugar, con el abajo, arriba o a un lado pero siempre dentro de mí.

Y no era queja, porque amaba esto... y quizá ese era mi miedo... que yo amaba esto...

-¿Entonces volverán a casa?-

-A finales de Enero el caos regresara, Tommy se fue para la terapia y Marcos regresa con su chica al parecer, es linda-

-Lo es, aunque debo decirte que entre Lee y Marco, el ultimo es realmente aterrador, me amenazo con un par de espuelas cuando me acompaño a la entrada después de la cena de navidad-

Dicen En El PuebloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora