CAPITULO 18

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DAVID


El silencio del campo siempre me daba calma, desde que era pequeño solía escaparme cuando las cosas estaban raras, aunque en general puedo decir que tuve una grandiosa infancia, después de todo me crie entre vaqueros, así que la seguridad o el miedo siempre estuvo en segundo plano.

Pero a pesar de tener todos esos hermosos recuerdos tenia los malos... que intentaba no llegaran tan lejos. Muchas veces he fingido que no me doy cuenta, pero en realidad lo supe desde que era muy pequeño, la manera en la que la persona que me ayudo para que llegara a esta tierra acosaba a mi madre era casi imposible de pasar por alto.

Siempre estaba ahí con esa incomoda sonrisa en los eventos escolares, aun cuando se casó y tuvo otros hijos siguió detrás de mi madre. Ella fue fuerte todos los días, cada día, sonriendo aun con la boca rota, sonriendo aun con un ojo morado.

Después cuando crecí, la gente también fue malvada, no era ajeno para mí el tema de mi nacimiento, todos decían que mi madre fue una fácil que al final se arrepintió... además... estaba todo aquello que se decían entre cuchicheos para "no lastimarme"

La primera vez que escuche aquella historia tenía 10 años, no sabía exactamente qué fue lo que decían, pero algo en el tono de esa mujer lo decía me hacía saber que era malo, muy malo. Cuando tuve 14 lo entendí.

Ese día salí a montar por horas, era verano así que me perdí tanto como mi mente lo necesito, cuando volvía mi madre estaba como loca buscándome en mitad del campo. "Eres una pésima madre" se decía mientras limpiaba sus ojos y gritaba mi nombre "seguro escapo" verla así me rompió el corazón.

Incluso ahora mi corazón seguía roto.

Ahora yo tenía 16 años, y tenía la libertad de hacer lo que quisiera, salía con una linda chica, tenía tiempo de sobra para vagar, me metía en problemas y me ayudaban a salir de ellos... tenía una madre que me adoraba aun cuando ella perdió todo lo que yo tengo en un abrir y cerrar de ojos.

Yo quería que mi madre fuera feliz, lo deseaba con desesperación, de niño creí que Tommy seria esa persona que la haría feliz, porque siempre seguía sus pasos con cuidado, alejaba a aquellos que solían meterse con ella, la hacía reír y la cuidaba cuando lloraba.

También era bueno conmigo, quizá no tanto como Jaime, pero lo era. Y eso era suficiente para que yo pensara que mi madre sería feliz con él. Entonces llego el jefe, y entendí como se veía el amor...

La manera en la que él le seguía era diferente, su mirada se llenaba de una luz que nunca note en alguien como Tommy, y mi madre, el azul de sus ojos se iluminaba tanto cuando lo miraba, le gustaba, de verdad le gustaba. Y yo me acerque a él por ello, quería conocerlo, saber que sería bueno con mi madre, pero lentamente me gano incluso a mí.

Hablaba conmigo como si supiera el vacío con el que yo caminaba por la vida, siempre me escuchaba y me daba el consejo adecuado independientemente de cómo rodaba el mundo alrededor. Frank Sánchez era un buen hombre y mi madre merecía a alguien así.

Cuando todo aquello exploto tuve mucho miedo de que escapara... pero después supe que puso su pistola en la frente de Samuel, Tommy jamás levantaría una mano de más por mi madre, nunca, porque él siempre controlaba todo... y entonces me quedo aún más claro, ellos no solo se atraían, se amaban. De verdad lo hacían.

-Llevo horas buscándote- el sonido de un caballo acercándose me tomo por sorpresa

-¿Sabes montar?- mie a Asmee con su cabellera revuelta por el viento

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