**CAPITULO EDITADO**
Georigia
El nuevo jefe de policía... Frank Sánchez... lo era... si, lo era... definitivamente era mi tipo.
No sé exactamente si tenía un tipo, porque desde que di a luz jamás quise volver a saber de un hombre en toda mi vida pero estoy segura de que si debiera tener un tipo seria él. Enorme y con unos brazos que seguramente podría disfrutar alrededor de mi cuerpo.
Con una voz profunda y unos ojos llenos de melancolía, un brillo especial, algo entre salvaje y sorpresivo. Fue fácil hablar con él, tomando en cuenta que con los hombres que hablo regularmente pertenecen a mi familia o los conozco desde que teníamos picados los dientes.
En la universidad jamás me lleve bien con nadie, aunque para ser justos, apenas si tenía tiempo de estudiar, pero él parecía ser una persona con la cual podría pasar horas y horas riendo y hablando de cualquier tontería, y esta simple idea para alguien como yo ya era una tontería.
-Deberías decirle lo que sucede a Tommy- Soltó de la nada Jaime sin mirarme
-Tommy está en el circuito, y todo esto ha pasado durante muchos años... yo solo...-
-Esperas que David escape-
-No lo espero Jaime.... Lo deseo... no quiero este lugar para él. Yo amo vivir aquí, pero a él el pueblo en si lo ha lastimado, por eso trabajo como burro, para que pueda irse lo más lejos posible-
-Tú y Lee alguna vez solucionaran todo...- dijo firme- sabes que se preocupa por ustedes-
-Lo sé, pero siempre me trata como si fuera idiota, y entre más crece David más restriega en mi rostro mis errores...-
-Ese no fue tu error...todo el mundo lo sabe-
-Ahora ve y díselo a él- trague grueso-Pero no quiero hablar de esto, ¿No quieres venir a casa a cenar?- lo vi negando con esa media sonrisa eterna
-Solo pasare a dejarte e iré directo a casa, mi Julieta se ha sentido mal los últimos días- dio un suspiro
-Lo sé, esta mañana baje a desayunar con ella, pero ya verás que poco a poco todo mejorara- apreté su brazo en un débil intento de mantenerlo sereno y solo asintió
En cuanto llegue a casa escuche el ruido adentro, David cantaba con mi madre como lo hacían desde que era una cría y el tío Rey hablaba casi en código con Lee, así que simplemente pase de largo, cuando existían momentos como ahora no me gustaba decir nada.
Desde niña siempre fui yo quien le arrebato la paz a esta familia, por ello había encontrado la manera de mimetizarme con las paredes, el suelo, el papel tapiz viejo, el cielo o lo que fuera con tal de no hacer sentir incomodo a nadie. Con tal de verlos seguir con esa felicidad que sabía perfectamente mi propia existencia les arrebataba.
Se la arrebate a mi padre cuando dije que quería ser bailarina y no dedicarme al rancho, se la arrebata a mi madre al estar enemistada con Lee y negarme a tomar dinero de la familia, también le arrebataba la paz a Lee al negarme a contarle toda mi verdad y así evitarle una condena por asesinato, se la negaba al tío Rey al haber dependido de el tanto de joven, que ahora éramos parte de su carga... y finalmente estaba mi hijo, la persona más valiosa del universo, y a quien mi simple existencia le había quitado la oportunidad de darle una infancia normal y feliz...
-¡George! ¡George!- regrese en mí
-Lo siento, ¿Qué sucede Lee?- pregunte sin mirarlo mientras continuaba calentando la cena
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Dicen En El Pueblo
RomansaFrank ha vivido un evento que lo marco de por vida, y en su busca de paz llega a ese pequeño pueblo en colorado donde Georgia Cox le mostrara que aun tiene una oportunidad para vivir...