CAPITULO 6

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***CAPITULO EDITADO***

Frank


Después de ver a Georgia en el auto con el rostro lleno de lágrimas mis pensamientos no pudieron abandonarle, di más de una ronda intentando que mis ideas volvieran a su lugar lentamente, que no quisiera ir a exigirle su historia de vida para saber por dónde debería empezar a romper dedos.

Estaba muy consiente que involucrarme era mala idea, porque mi carga era grande y al parecer incluso en eso nos parecíamos, aun así no podía evitar encontrarme con ella, ayudarla, poner atención en sus detalles, era un imán para mi persona y lentamente se formó un lugar en mi memoria.

Teníamos algunas rutinas que iniciaban, como eran esos encuentros en la cafetería donde ella y la chica que me consiguió el departamento solían reunirse, el tipo de la barra, "Tucson" siempre impedía de manera exagerada que nuestras conversaciones se alargaran, pero de alguna manera quedarnos de pie en la entrada del café hablando de lo frio de la mañana y de alguno que otro chisme del pueblo era una nueva parte de mi rutina que me agradaba.

Quizá por eso ahora sabia como se veía su mirada cuando de David se trataba, o la sonrisa que daba cuando todo el mundo estaba a su alrededor, el ceño fruncido que pone durante sus clases y ese gesto despreocupado que tiene cuando monta o conduce...

Lo que no conocía era su voz cuando estaba aterrada, ni la manera en la que sentia miedo... al menos no hasta ayer.

Después de ver aquella escena pase toda la noche pensando en sí debería o no meterme en lo que no me importa, aunque si lo veía de esta manera, era el maldito jefe de policía, claro que me debía importar, por supuesto que debía.

Y con esas palabras en mi mente termine conduciendo hasta el salón de baile de Georgia, a diferencia de todas las mañanas el día de hoy tenía las persianas a medio subir, cuando llegue a la puerta la observe mirando a la nada, era como si tuviera todo un debate interno, pero el verla ahí al menos me daba un poco de calma.

Es verdad que tenía mi propia historia y no estaba del todo listo para seguir, pero ayer cuando la vi correr a trompicones en medio de la noche sentí que cualquier cosa que estuviera en mi mente podría esperar un momento mientras supiera que ella estaba bien.

-Buen día- abrí la puerta tomándola por sorpresa sabiendo que seguramente imaginaria lo peor

-¿David está bien?- y su pasos llenos de gracia me alcanzaron en la entrada

-Sí, sí lo está...- se detuvo frente a mi manteniendo una distancia prudente, pero cuando me gire al perchero para poner mi sombrero lo vi...

Por un momento juro por Dios que todo a mi alrededor se desencajo de las paredes, su rostro tenia tanto maquillaje que era simple para mi notar en que parte puso más empeño en ocultar aquellos moretones en su delicado rostro.

Georgia, era una mujer pequeña y menuda, cualquier hombre, incluso el más debilucho tendría ventaja sobre ella... ¿Cómo podrían no notarlo?

-¿Quién fue...?- intente mantener toda la calma que pude esperando una respuesta que no me llevara a ese imbécil

-Yo... yo...- tartamudeaba tapándose el rostro como si al no ver ese ojo morado no pasara nada

-Georgia Cox ¿Quién fue?- y con el dedo índice levante su rostro tomando su muñeca para revisar a conciencia lo que parecía un bofetón

-Estoy bien- sonrió mientras sus dedos jugueteaban en el aire con mi agarre y su cuerpo se ponía de puntillas para darme una mejor vista al parecer

-Lo vi, vi quien fue el tipo que llego a su casa anoche, lo que no vi fue la denuncia, y vengo y veo esto ¿Qué se supone que pasa?-

Dicen En El PuebloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora