FLOWER PRINCESS

343 33 3
                                    

CHAPTER THIRTEEN

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CHAPTER THIRTEEN

[🌷. 🌸. 🦋]

























Habían pasado unas dos horas desde que Edmund regresó, y apenas vieron que despertó, muchos faunos empezaron a traerles su almuerzo. A Lia aun le sorprendía que los trataban casi como reyes, aun cuando a penas y los conocían.

Aun así no se quejaba.

Al ver el jugo helado enfrente suyo, se sirvió un vaso completo y alivió su sed. Estos vestidos daban calor.

Alzó la mirada y observó como Edmund se abarrotaba de los diferentes alimentos en su mesa improvisada, aun así se veía elegante y apartada de los demás. Lucy que no se había apartado de su hermano desde que llegó se empezó a reír, mientras mencionaba:

—No se va a acabar el pan en Narnia.

Por primera vez, Aurelia vio una sonrisa honesta en los labios del azabache. Ahora si le parecía un niño, sonrió orgullosa.

—Y van a darles un poco para el viaje de regreso.— les dijo Peter, apoyado en unas rocas a unos cuantos metros, el aún mantenía aquella mirada neutra

—¿Nos vamos a casa?— pregunto Susan frunciendo el ceño

—Ustedes se van a ir.— sus ojos azules terminaron en la Lennox, casi como diciéndole que ella también partiría, ella le alzó una ceja indignada, vio como se sentaban a su lado y apartó la mirada— Le prometí a mamá protegerlos.— volvió a mirar a Susan— Pero yo puedo quedarme a ayudar.

—Pero nos necesitan.— formuló Lucy sin estar de acuerdo— ¡A los cinco!

—Es demasiado peligroso. ¡Tú casi te ahogas, Aurelia igual! ¡Y casi matan a Edmund!

—No es como si tú fueras un experto en la guerra medieval.— se cruzó de brazos la rubia, mientras lo miraba casi burlona— A penas y puedes sostener tu espada.

Sus ojos se abrieron levemente a penas lo miro bien. ¿Acaso Pevensie se estaba sonrojando. . .? ¡Tenía que tomarle una foto a esto!

—¿Y tú si puedes?— le pregunto de vuelta indignado

—Mejor que tú si. Yo tomo decisiones por mi cuenta, estoy sola. Así que yo decido si quedarme o irme.— casi sentenció ignorando su mirada acusadora

Peter refunfuñó algo sobre su prepotencia pero se hizo los oídos sordos. Entonces la suave voz de Edmund los llamó:

—Por eso nos tenemos que quedar.— lo miraron sin entender— He visto lo que puede hacer la bruja blanca. Le ayude a hacerlo.— confesó avergonzado, agachando el rostro. Para luego mirarlos con seguridad— No podemos dejar que esta gente sufra por mi.

𝐖𝐄𝐋𝐂𝐎𝐌𝐄 𝐇𝐎𝐌𝐄 | 𝐏𝐞𝐭𝐞𝐫 𝐏𝐞𝐯𝐞𝐧𝐬𝐢𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora