Ava Delacroix a sus 21 años es una talentosa bailarina deseosa de conocer mundo y acabar dedicándose a lo que más ama; el baile. En su último año en la prestigiosa Academia de Música y Danza de Londres, deberá hacer una obra teatral junto con sus co...
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«Cada paso de danza que daba era como ver a un ángel en medio del caos. La hacía deslumbrar mucho más»
Tiger Davenport.
En una lujosa empresa de tecnología, cerca del río Támesis, se encontraba un joven empresario sentado en su impresionante despacho.
La empresa, la cual consistía en un edificio de 10 plantas, estaba cubierto de cristales que trasparentaban la ciudad londinense en aquella mañana de jueves. Y el logotipo de la empresa la cual ponía "Davenport Technology" se veía desde lejos.
Un lugar tan elegante, pero a la vez tan bien trabajado que era una muy buena empresa de productos modernos y futuros de electrónica donde muchos ponían su confianza en comprar tales tecnologías por la modernidad, la duración y la seguridad que trasmitían los productos de aquella empresa. Y Tiger Davenport lo encabezaba.
Desde pequeño ya había mostrado interés y un gran talento por la tecnología, inventando hasta un software que igualaba los ya conocidos por el mercado. Y eso con tan solo 14 años de edad. Se podría decir que desde que era joven ya había demostrado ese interés por todo lo que le rodeaba y por crear ideas tan innovadoras para mejorar la vida de los demás.
Si, con 29 años que ahora tenía, el joven Tiger era un animal con los negocios, un hombre poderoso y lleno de ambición. El cual le había ayudado a construir aquel imperio tan enorme gracias a su ingenio y su frialdad.
Pero ahora, Tiger se encontraba en su lujoso despacho, con tonos blancos y negros, sobre todo negros, que decoraban su despacho por dentro. Tenía alguna que otra planta para decorar el lugar y no parecer un sitio tan frío como lo era él. Pero lo increíble es que, a pesar de su tranquilidad y frialdad, en ese momento tenía una acalorada discusión con cierta mujer con la que no congeniaba demasiado. Tampoco es que hablasen demasiado y, desde que era un niño, jamás había tenido muchas conversaciones con dicha mujer.
Lo había dejado solo en los malos momentos, lo cual lo contrarrestaba con los buenos, que para eso si estaba. Como aquella vez que empezó a ganar millones de libras por su creación. Pero Tiger jamás había sabido lo que era que una mujer se preocupase por él, que estuviese en los momentos positivos y negativos a la vez. Motivo más que aparente para decidir estar solo en vez de tener una pareja.
Cuando conociera a esa persona que no se interesase por su dinero, sino por su personalidad, por él y estuviese a su lado en los malos momentos, sabría que sería la persona indicada.
Pero era muy complicado encontrar a dicha persona.
—Pronto cumplirás los 30 y sigues soltero y sin ningún tipo de compromiso —dijo su madre en una voz tan irritante como de costumbre—. ¿Cuando vas a sentar la cabeza?
Tiger negó mientras se quitaba la corbata ya cansado de tenerla puesta durante horas.
Si bien era un fiel defensor del color negro, más porque le quedaba a la perfección junto con su pelo negro, a veces era también fan del color azul marino. Y ese día, todo su traje, incluido su camisa, era de ese color.