Ava Delacroix a sus 21 años es una talentosa bailarina deseosa de conocer mundo y acabar dedicándose a lo que más ama; el baile. En su último año en la prestigiosa Academia de Música y Danza de Londres, deberá hacer una obra teatral junto con sus co...
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«Todo era tan complicado. De todos los lugares, tenía que ocurrirme ahí y más con Tiger a mi lado...»
Ava Delacroix.
Las luces iluminaban la ciudad de Barcelona con intensidad aquella noche, reflejándose en las elegantes ventanas del enorme salón donde se encontraba aquella gala en la que, tanto Tiger como Ava debían asistir después del congreso.
El murmullo de conversaciones sofisticadas y el tintineo de algunas copas llenaban el lugar, creando aquella atmósfera de lujo y exclusividad en la que estaba más que acostumbrado nuestro joven magnate Tiger Davenport. Todo lo contrario a la joven Ava que se encontraba de pie junto a ese hombre, donde fingían ser novios en aquel lugar tan costoso.
A sus 21 años, la bailarina se sentía como una intrusa en ese mundo de riqueza y poder. Su vestido, tan elegante y delicado como ella, aunque para nada lujoso como las que veía en dicha falda, la hacía tener una apariencia sofisticada. Pero ella estaba tan nerviosa que sus manos sudaban y debía buscar la forma de secárselas sin que se notase demasiado.
Tiger, en cambio, se movía con gran agilidad, como ya estaba acostumbrado a sus negocios en ese mundo. Tan acostumbrado a ir a esos eventos solo, ahora era una novedad para él el ir acompañado y sin duda, al lado de esa dama, era lo mejor que había hecho en micho tiempo.
Su traje negro a medida acentuaba su figura atlética y su sonrisa, tan encantadora como siempre, ocultaba la verdadera relación que tenía con Ava. Ambos se llevaban bien y charlaban y se trataban como una pareja real, aunque en realidad no lo eran.
—Ven —susurró Tiger, colocando suavemente su mano en la parte baja de la espalda de Ava. Acercó sus carnosos labios al oído de ella y le murmuró. —Hay algunas personas que quiero que conozcas.
Aquello hizo temblar a la bailarina, quien asintió mientras sentía aquella picazón en su sexo cada vez que ese hombre se acercaba demasiado a ella. Y eso que aún no habían hecho cosas tan intensas como lo que tenía planeado Tiger hacia ella. Sus ojos, vagando por el gran salón, maravillándose por el lugar en aquel lugar de España, siguió observándolo todo. Como los candelabros colgaban del techo, las mesas decoradas con centros de flores exóticas y cubiertos de plata que brillaban bajo la luz tenue.
Se detuvieron frente a un pequeño grupo de personas, todas con ese aire de importancia que solo el dinero y el poder podían otorgarte. Tiger sonrió, adoptando su papel tan carismático.
—Permítanme presentarles a Ava Delacroix —dijo con orgullo y todos miraron hacia la joven que ya era algo conocida por haber sino bastante nombrada aquella última semana después de aquella primera "cita" oficial de ambos frente a las cámaras—. Mi novia.
Ava sintió un escalofrío al escuchar esas palabras. Aunque sabía que todo era parte del acuerdo, no podía evitar sentir una mezcla de emoción y culpa cada vez que Tiger la presentaba de aquella manera.