Ava Delacroix a sus 21 años es una talentosa bailarina deseosa de conocer mundo y acabar dedicándose a lo que más ama; el baile. En su último año en la prestigiosa Academia de Música y Danza de Londres, deberá hacer una obra teatral junto con sus co...
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«Era un completo afortunado e iba a demostrarle que ella era perfecta en cada momento, en cada caricia... En cada beso»
Tiger Davenport.
La vida en mitad del bosque era totalmente distinta a la de la gran ciudad. Y se notaba sobre todo en la madrugada, cuando él único sonido que se podía escuchar en ese lugar era el viento y las hojas de los pinos, quizás algún ave que fuese nocturno. Pero la paz que se respiraba era de otro mundo.
Ava Delacroix, después de una noche bastante intensa en la que había recordado las cosas de pasado, despertó sobre la 1 de la madrugada sobre la cama de aquel apuesto magnate, donde podía ver las hermosas vistas de aquel bosque en aquella enorme ventana que parecía estar inmersa en esa hermosa naturaleza.
La joven parecía tener un poco de molestias en la cabeza y los recuerdos de horas antes recobraron en su mente. Al girarse, se encontró que la cama estaba totalmente vacía, donde solo ella estaba durmiendo en ese momento. Al ver la hora, supo que Tiger quizás se habría ido a dormir en otro lugar o, quizás, estaría sin dormir.
Fue ahí cuando la vergüenza se inundó en su rostro, sin saber como reaccionar más tarde por como se comportó frente a Tiger. Realmente quería ir más allá con él, por fin descubrir la diferencia de un amante a otro y poder empezar a tener más experiencia. Pero sus miedos y su baja autoestima lo único que consiguió fue empeorarla y que todo saliese en ese momento. Tanto fue así, que ni se percató que es quedó totalmente dormida en la cama de Tiger con el vestido blanco cómodo que llevaba puesto y que deseó que Tiger se lo quitara de la manera en la que ya acostumbrada a que él le quitase la ropa.
Fue ahí cuando escuchó una dulce melodía y la voz de una mujer sonando bajo la música. Algo rasposa y a la vez delicada que hizo hipnotizar a una joven Ava que tan solo quería ir hacia ese sonido.
Sin esperar ni un segundo más, caminó descansa sobre el cómodo y elegante casa del magnate, mientras salía del cuarto de este y cruzaba por el salón vacío, descubriendo donde sonaba aquella canción. Acercándose al cuarto de la biblioteca, donde la puerta estaba entreabierta, terminó de abrirla, tratando de ver si el poderoso magnate se encontraba dentro. Y vaya si Tiger estaba allí.
Él se encontraba de espaldas, admirando las vistas del bosque tratando de admirar aquellas hermosas vistas. Apenas había podido dormir porque odiaba la forma en la que se imaginaba que habían tratado a Ava en el pasado. Y no solo por ese ex novio que desearía romperle la cara, sino por algo más que ella no contaba. Algo más que era lo que había visto de las cicatrices en su espalda y que no quería explicarle a él.
Estaba totalmente preocupado y se prometió darle todo el espacio a ella, pero a la vez demostrarle que ella merecía que la conocieran, que se preocupasen por ella y que tuviese un digno amante.
Tan solo pensar lo idiota que había aquel hombre con Ava lo hacía rabiar.
Mientras el magnate estaba ensimismado en sus pensamientos, Ava lo observaba desde el marco de la puerta, con el cabello suelto y algo despeinado que volvía loco a cualquiera. Tiger llevaba solo unos pantalones deportivos que colgaban de sus caderas y juraría que desde la penumbra podía ver una parte del trasero de ese hombre que la hizo morderse el labio. No ayudaba en nada verle sin camisa, con aquella espalda bien trabajada.