Ava Delacroix a sus 21 años es una talentosa bailarina deseosa de conocer mundo y acabar dedicándose a lo que más ama; el baile. En su último año en la prestigiosa Academia de Música y Danza de Londres, deberá hacer una obra teatral junto con sus co...
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«Cuando sentí su mano sobre mi muñeca, supe que algo no iba bien y que ahora que llevaba mucho tiempo alejada de Drake, él era mucho más tóxico, oscuro y peligroso de cómo creía. Y había abierto los ojos»
Ava Delacroix.
El impresionante teatro se alzaba ante los ojos maravillados de los alumnos de la academia de baile, como un coloso de sueños y promesas. Las cortinas de terciopelo rojo, pesadas y elegantes, enmarcaban un escenario que parecía extenderse hasta el infinito. Las luces, aún tenues, proyectaban sombras danzantes sobre las tablas pulidas, como si anticiparan las historias que pronto cobrarían vida allí.
Ava, parada en el centro del escenario, sintió que el corazón le latía con fuerza en el pecho. Sus ojos recorrieron las filas y filas de butacas vacías, cada una un testigo silencioso de la magnitud del desafío que tenía por delante. El teatro, cosa de Tiger Davenport quien había pagado para hacer esa obra aquella academia de baile, era un sueño hecho realidad para cualquier aspirante a bailarín, pero para Ava, en ese momento, se sentía como un abismo.
La vastedad del lugar parecía amplificar sus miedos e inseguridades. Cada butaca vacía era un par de ojos expectantes, cada palco una oportunidad para el fracaso. La responsabilidad de ser la protagonista, de llevar el peso de la obra sobre sus hombros, se cernía sobre ella como una nube tormentosa.
Grayson, percibiendo la ansiedad de su amiga, se acercó con pasos ligeros, como si temiera que el más mínimo ruido pudiera romper el hechizo que el teatro había lanzado sobre todos. Su sonrisa, cálida y reconfortante, fue como un rayo de sol atravesando las nubes de duda de Ava.
—Tierra llamando a Ava.
Ella siguió mirando el lugar y tan solo susurró;
—Es demasiado enorme este lugar...
Grayson entendía bien a qué se refería.
—Todo irá bien —susurró Grayson, su voz mezclándose con el silencio reverente del teatro—. Serás una gran bailarina, Ava. Este escenario está esperando que lo hagas tuyo.
Ava miró a su amiga, buscando en sus ojos la seguridad que le faltaba.
—¿Crees que algún día dejaré de tener tanto miedo? —preguntó con una voz apenas audible.
Grayson sonrió, sus ojos brillando con sabiduría y afecto.
—Siempre habrá algo de miedo, Ava. Es parte de lo que nos hace humanos, de lo que nos impulsa a mejorar. Pero no será como ahora. El cabaret te ayudará a superarlo, poco a poco. Cada noche sobre el escenario será un paso más hacia la confianza, Ava —contestó su amiga a su lado.
Las palabras de Grayson eran como un bálsamo para el alma inquieta de Ava, que poco a poco, sintió que la opresión en su pecho se aflojaba, permitiéndole respirar con más facilidad.