Ava Delacroix a sus 21 años es una talentosa bailarina deseosa de conocer mundo y acabar dedicándose a lo que más ama; el baile. En su último año en la prestigiosa Academia de Música y Danza de Londres, deberá hacer una obra teatral junto con sus co...
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«Estaba enfadada con él, pero debíamos hablar»
Ava Delacroix.
El ensayo de aquel día había acabado y el agotamiento era más que evidente en Ava como en Grayson, que se habían tomado en menos de 10 segundos una botella de agua pequeña. Tras el ensayo de aquel día, todos los alumnos estaban agotados, algunos sentados en el suelo, otros apoyados en una de las 2 columnas del lugar.
Mientras Ava y Grayson se encontraban cerca de la ventana, con una toalla secándose el sudor, Ryder charlaba con la coreógrafa sobre uno de los pasos que más le estaba costando.
Ahí Ava, gracias a esas clases de la academia, conseguía no pensar en Tiger, ni mucho menos en que en todos los telediarios de la gran mayoría de los canales, se encontraba el monotema de la semana. Siempre hablando de lo mismo sobre Ivan Sterling. Sobre sus trapos sucios sacados a la luz y el escándalo político que había sacudido al país.
Si bien no se había nombrado nada sobre Ava, el temor de que en algún momento mirase un periódico, o justo viese una noticia donde apareciera su nombre, era lo que más miedo tenía y lo que más pesadillas le haría tener.
El que la gente te mire, te vea como víctima y al poco te mirase de una manera horrenda, eso era lo que menos quería. Ava no quería que la mirasen como una víctima. Simplemente no quería que nadie supiera lo que había sufrido. Era su vida y nadie tenía derecho a saber sobre ella sin su permiso.
Grayson, en cambio, que sabía por lo que estaba pasando su mejor amiga, le dio 3 ligeros choques de codo sobre su brazo para llamar la atención de Ava, mientras que la profesora Bonnet aplaudía con mucho esmero ante el increíble ensayo.
—¿Cómo estás? —preguntó la joven.
Ava, sin dejar de mirar hacia un punto fijo de la clase, sin saber muy bien como tomarse todo lo que estaba pasando aquellos últimos días, y hasta semanas desde que se encontró nuevamente con su padre, suspiró.
—¿Después de lo que hizo Tiger a mis espaldas? —preguntó dándole vueltas a la botella—. No me lo esperaba...
Y era cierto.
Sabía que Tiger se preocupaba por ella, pero no entendía porque no había hablado con ella antes de que tomase una decisión tan importante como el hablar con un periodista. Aquello le dolió, mucho más de lo que nadie podría imaginarse.
Por eso mismo Grayson respondió;
—Hizo mal, pero creo que tampoco tiene la culpa al completo. Quiere encerrar a ese idiota y tu nombre no ha salido a la luz, ahora va a ser juzgado... —murmuró. —Entiendo que estés enfadada con Tiger, porque yo lo estaría aún mucho más... Pero deberías hablar con él.
Grayson no lo estaba defendiendo. Posiblemente de estar a su lado, ella haría algo peor que ignorarlo, pero a la vez sabía que aquel hombre estaba totalmente enamorado de ella y todos éramos humanos y cometíamos errores. No era perfecto, nadie lo era y debía demostrar que se arrepentía y que no volvería a hacer nada como aquello.