Ava Delacroix a sus 21 años es una talentosa bailarina deseosa de conocer mundo y acabar dedicándose a lo que más ama; el baile. En su último año en la prestigiosa Academia de Música y Danza de Londres, deberá hacer una obra teatral junto con sus co...
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«Sentir sus manos sobre mi piel, era mil veces mejor que cualquier otra cosa»
Tiger Davenport.
Aún sin ser capaz de que su mente haya escuchado bien, la joven y hermosa Ava tuvo que dejar su bebida sobre la mesa y mirar a los ojos del magnate, que seguían puestos en su reacción.
No ayudaba en ver los dedos del magnate sobre barbilla para la joven.
—¿Perdón? —Su voz parecía trasmitir que no lo había escuchado.
Pero había escuchado muy bien la pregunta de él. Por eso mismo, el apuesto Tiger Davenport sonrió para poder explicarle tranquilamente en aquel elegante restaurante con aquella luces amarillas iluminándolos.
Se encontraban en un rincón algo más privado, donde ambos podían hablar de cualquier tema sin que nadie los molestase o los escuchara. Era íntimo y las vistas de la calle daban un toque más dulce al lugar. Lejos de que Ava no estuviese acostumbrado a ir a lugares así, Tiger sí y su experiencia sería compartida con ella.
Al igual que el sexo, si ella aceptaba.
—Me gustaría que tu fueses mi novia falsa delante de las cámaras, presentarte a mi madre y fingir estar enamorados. Solo hasta después de la función de Bella y Bestia —aclaró mientras que pasaba uno de sus dedos sobre sus propios labios, un gesto que nuestro magnate solía hacer al estar pensativo—. Luego, volveríamos a nuestras vidas normales.
Ava trataba de pensar en lo que él le estaba diciendo. Elevando una ceja, carraspeó mientras se guardaba las ganas de volver a preguntarle y quedarse como si fuese una idiota. Tan solo no estaba acostumbrada que un hombre atractivo y tan educado le hiciera tal proposición y menos que se interesase en ella.
Tan solo había tenido la experiencia con Drake, y digamos que no es que fuese una experiencia increíble.
—Pero... ¿No sería más fácil encontrarte una novia de verdad? —respondió sin pensar, haciendo sonreír a nuestro apuesto hombre de negocios.
Le gustaba la manera de ser de ella, tan natural, tan dulce y a la vez hasta algo inocente. Le fascinaría poder quitarle cualquier indicio de inocencia si ella lo deseaba.
—No quiero parejas, Ava. Tan solo seguir con mi vida —habló directamente.
Ava, en cambio, estuvo pensando en la proposición que él le acababa de dar y empezó a pasarse su dedo inconscientemente sobre su barbilla, pensativa.
¿Salir falsamente con el magnate? Parecía una idea atractiva pero... ¿A cambio de que? ¿Dinero? Ella no quería dinero, eso la hacía ver como si fuese una dama, cosa que no era. Pero, la idea parecía tan atractiva para la joven Ava, que lo pensó un rato.
Mientras, Tiger seguía mirándola, intrigado por la joven.
—Tiger... No sé... ¿De que me sirve que sea yo tu novia falsa? —Empezó a preguntarle, hasta que le hizo aquella pregunta. —¿Acaso me vas a pagar como las novias falsas?